lunes, 7 de noviembre de 2022

Perspectivas desde la isla space-rockera de los italianos JALAYAN

Jalayan - Floating Islands

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy prestamos atención al grupo italiano JALAYAN, afincado en Milán y conformado por Alessio Malatesta [teclados y sintetizadores], Vincenzo Calvano [guitarras eléctrica y acústica], Matteo Prina [bajo] y Dario Marchetti [batería y percusión], so pretexto de la publicación de su nuevo disco en la segunda mitad del pasado mes de mayo. El título del mismo es “Floating Islands” y se trata de la segunda obra fonográfica del mencionado grupo, sucediendo por un año y medio al disco “Sonic Drive”. Es un disco conceptual sobre la noción de que nuestro planeta, al igual que cualquier otro cuerpo celestial, es una isla que va flotando a través de las olas de ese mar que llamamos Universo, y siendo tan inestable y tan frágil, la humanidad tiene la obligación de cuidarlo con sigilo. El estilo de JALAYAN se centra en un space-rock progresivo portador de una garra meticulosamente estructurada y un preciosismo melódico; es algo así como una transformación más amable de la confluencia entre las influencias recibidas de los OZRIC TENTACLES y de HIDRIA SPACEFOLK. Los procesos de grabación, mezcla y masterización de este nuevo álbum tuvieron lugar en el año 2021 en los Bad Head Studios de Milán (ciudad del grupo), en manos de Alessio Malatesta. Bueno, repasemos ahora el repertorio de este álbum en cuestión.

Con la dupla inicial de ‘Tilmun’ y ‘Nemesis’, el grupo se muestra dispuesto a poner muchas de sus cartas sonoras sobre la mesa. El primero de los temas mencionados se proyecta desde el mismo punto de arranque hacia un groove de claro predominio cibernético que impulsa la ulterior gestación de un swing rockero generosamente alimentado por vibraciones rockeras de tenor psicodélico gracias al rol protagónico que asumen los riffs y solos de la guitarra. Una segunda sección vira hacia un swing un poco más sofisticado, pero el vigor expresivo del ensamble sigue incólume; mientras tanto, los solos de sintetizador van ornamentando la amalgama grupal con total exquisitez. En cuanto al segundo tema, éste se adentra aún más en los senderos de musculatura grupal mientras los arropa bajo exuberantes ropajes de majestuosidad psicodélica que se sitúan a medio camino entre las tradiciones del stoner y el space-rock. Con estos 10 minutos y pico iniciales, el grupo garantiza holgadamente para sí la atención del oyente. Cuando llega el turno de ‘Edination’, el ensamble adopta inicialmente la estrategia de trabajar con atmósferas cósmicas sobre un groove inspirado por el reggae, concretando así un momento de relativo relax tras los contundentes despliegues de colorido y músculo que se encarnaron en los dos primeros temas. Eso sí, a mitad de camino, la dupla rítmica intensifica su esquema de trabajo, obligando a la guitarra a exhibir un mayor nervio, pero es un interludio que no dura mucho. ‘Star Stairs’ incorpora masivamente elementos de jazz-rock sobre una base armónica y rítmica en la que la logística típica del space-rock es utilizada para remozar (y, en cierta medida, retorcer) un swing en clave de blues. Para la sección epilogar, el grupo elabora un contundente esplendor rockero. ‘Fire Of Lanka’ exhibe un dinamismo muy similar al del segundo tema del álbum, aunque con un particular realce de los ornamentos y secuencias cibernéticas de parte de los teclados. ‘Colliding Orbits’ es posiblemente la pieza más elegante del álbum. Operando sobre un tempo de 7/8 y abriendo abundantes espacios a la incorporación de elementos del jazz-fusion, el grupo desarrolla un groove y unas atmósferas pletóricas de mágica gracilidad y genuina sofisticación progresiva dentro de su esencia space-rockera. El ensamble calcula muy los momentos en los que debe haber ciertas erupciones climáticas a través del desarrollo temático.

Cuando llega el turno de ‘Narayanastra’, advertimos que el grupo quiere proseguir por la senda de sofisticación progresiva que fue tan fehacientemente explorada en el tema precedente, mientras incorpora síntesis estilísticas a partir de las herencias respectivas de los dos primeros temas del álbum. La magnificencia sonora aumenta mientras el cuarteto sigue incrementando las dosis de suntuosidad en su siempre ágil afiatamiento musicales. Durando casi 7 minutos, ‘Shem Temple’ es la pieza más extensa del repertorio y también es la encargada de cerrarlo, y lo hace, como parece ser natural, acogiendo y capitalizando varias resonancias épicas ya vertidas en la secuencia de las tres piezas precedentes. Los matices futuristas de lo cósmico, la garra esencial de lo rockero y los acicalamientos exóticos de tenor fusionesco se compenetran mutuamente a una línea de trabajo que se ha hecho consistente a lo largo del álbum. A mitad de camino, el groove se intensifica notoriamente y, con ello, la ambientación general se torna más urgente y vehemente, preservando el embrujo espacial del bloque sonoro. Todo esto es “Floating Islands”, un trabajo extrovertido y llamativo que debe suponer para el personal de JALAYAN un posicionamiento definitivo dentro de un lugar preferencial dentro de la escena space-rockera de nuestros días. Son más de 45 minutos de música vivaz, muscular y con gancho.



Muestras de “Floating Islands”.-


Más críticas de César Inca Mendoza en: Autopoietican - Apuntes de música progresiva contemporánea

No hay comentarios.:

Publicar un comentario