jueves, 30 de julio de 2020

Paradero en el planeta Tierra de MAGIC BUS

Magic Bus - The Earth Years

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos complace presentar el nuevo trabajo fonográfico de la banda retro-progresiva MAGIC BUS, el cual se titula “The Earth Years” y ha sido publicado hace muy poco tiempo, específicamente, el pasado 19 de junio; es el cuarto álbum del grupo. El sello Back To The Garden Records se encargó de su producción en CD y en vinilo mientras que la edición virtual es suministrada por la propia banda desde su propio blog de Bandcamp. El ahora quinteto conformado por Paul Evans [voz y guitarras], Terence Waldstädt [guitarras y coros], Jay Darlington [teclados y coros], Wihll Mellorz [bajo] y Connor Spring [batería y coros] sigue en buena medida la senda de su fantástico disco anterior “Phillip The Egg” (2017), mientras se dedica a explorar parajes más sutiles dentro de su bien definido ideario musical, articulado en torno a una confluencia de Canterbury melódico, folk-rock, sinfonismo primitivo y prog psicodélico temprano. Como dijimos antes, se trata del primer trabajo del grupo como quinteto, siendo así que en los tres álbumes precedentes también había una integrante a cargo de las flautas (Viv Goodwin-Darke). El único momento en el que aparece un instrumento de viento es en la segunda canción del álbum, donde emergen algunas líneas de flauta dulce a cargo de Chris D’Adda. Este señor también fungió como ingeniero de sonido y mezclador del álbum; “The Earth Year” fue grabado en los Vale Studios, siendo poco después masterizado en los mismísimos Abbey Road Studios, nada menos.

Magic Bus

El repertorio de ocho piezas que compone este nuevo álbum comienza con ‘Easy Om’, canción que en su espacio poco menor de 3 minutos instala un ambiente de estilizada extroversión, impulsada por una delicada ingeniería melódica donde la diversidad de motivos y esquemas rítmicos crea una luminosidad juguetona. Muy al estilo de los dos primeros discos de CARAVAN con algunos toques de los SOFT MACHINE del primer álbum. Tras este estupendo inicio llega el segundo tema, el mismo que se titula ‘Inca Trail’. Su atmósfera es más serena y su esquema sonoro incorpora elementos folk-rockeros; mientras el desarrollo temático se concentra en crear una aureola ceremoniosa, alterada efímeramente por un interludio marcado por un fulgor grácil y sobrio, el bloque instrumental deja fluir un esplandor tan plácido como majestuoso. Hay un encanto sinfónico en el modo en que los arreglos de teclado y el solo de guitarra que emerge a mitad de camino se conectan dentro del encuadre global, y lo mismo funciona cuando llega el turno del solo de sintetizador final. Un cénit del disco, sin duda, Para cuando llega el turno de ‘Setting Sun’, el grupo se adentra más aún en el camino de serena introversión que se inició en la canción precedente. Notamos aquí una combinación del espíritu Yessiano del primer álbum con la faceta bucólica de los PINK FLOYD de la fase 1970-72; eso sí, un breve pasaje disruptivo centrado en un armazón disonante de teclados nos toma de sorpresa antes de llegar a la frontera del segundo minuto, pero, en realidad, se trata de un recurso para ayudar a la canción a adquirir una pequeña dosis extra de musculatura, algo que para nada altera el carácter bien definido de su núcleo melódico. ‘The Road To La Mezquita’ ostenta una mayor dosis de agilidad, aunque ésta se reserva para los momentos más saltarines, pues se trata de una canción diseñada a través de la ilación de diversos motivos. En varios momentos, el entrelazamiento de los dos guitarras asume un aire sutilmente aflamencado, pero lo que predomina principalmente es la interacción entre las armonías de guitarra, las líneas de bajo y las bases de teclado. La sección epilogar, resuelta en un clima ceremonioso, se asienta muy cómodamente bajo la guía de las bases de teclado, las mismas que abren campo para las sobrias florituras finales de la guitarra. 

La dupla de ‘Barleycorn’ y ‘Squirrel’ sirve para que el ensamble ajuste aún más las tuercas de su maquinaria estilística, lo cual se traduce en la edificación de los momentos más rotundamente climáticos del álbum. El primero de estos temas mencionados entra con todo en lo que a músculo rockero se refiere desde el mismo punto de arranque, instalando una ágil mezcla de ATOMIC ROOSTER y EGG para el prólogo instrumental. El canto entra a tallar durante un breve pasaje pastoril que, tal como descubriremos poco después, opera como puente hacia un cuerpo central bastante dinámico que traza un vuelo instrumental bastante grácil, bien metido en su groove jazz-progresivo con una dinámica retro bastante estilizada. Por su parte, ‘Squirrel’ (la canción más extensa del álbum con sus 7 minutos de duración) se explaya en un muy elegante dinamismo centrado en una mezcla de Canterbury (HATFIELD AND THE NORTH, CARAVAN) y sinfonismo (YES pre-72, CRESSIDA), a la vez que recoge algunos ecos de la luminosidad sistemáticamente articulada de la canción precedente. El aura vitalista que se respira mientras esta canción va llenando los espacios de su propio encuadre multitemático tiene aires de familia con lo que hacen otros grupos, como sus compatriotas de LOST CROWNS, así como los escandinavos SARCOPHAGUS NOW y NEEDLEPOINT. Estas dos canciones contienen varios de los solos de guitarra más floridos del álbum, y en su mutua ilación arman el clímax definitivo del repertorio Bajo el místico título de ‘We Are One’ surge la canción que cierra el álbum, una balada sinfónica propia de la vieja escuela de THE MOODY BLUES, con algunos toques de la faceta lírica de PINK FLOYD y de los YES pre-71; aparte del uso de algunos sobrios quiebres rítmicos que se emplea en algunos parajes estratégicos, el bosque sonoro de esta canción se centra en una introspectiva calidez, la cual es acogida mayormente por las capas de órgano sobre las que se sustentan las líneas vocales de Evans. Todo esto fue lo que se nos brindó en el repertorio de “The Earth Years”, un disco muy bonito que sabrá mantener a los MAGIC BUS como figuras centrales dentro del retro-prog británico de nuestros días.



Muestra de “The Earth Years”.-

jueves, 23 de julio de 2020

QUEL CHE DISSE IL TUONO: un nuevo juego de espejos progresivos

Quel Che Disse Il Tuono - Il Velo Dei Riflessi

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el disco debut de la banda italiana QUEL CHE DISSE IL TUONO, fundada durante los primeros meses del año 2018 por la guitarrista Francesca Zanetta tras el cisma que se produjo entre ella y el resto de la aún activa banda UNREAL CITY. Ahora, con esta nueva misión musical que Zanetta y sus nuevos compinches se han trazado dentro de la escena progresiva italiana actual, QUEL CHE DISSE IL TUONO ya tiene su disco “Il Velo Dei Riflessi” como una realidad concreta desde el pasado 20 de marzo, habiendo sido publicado por el sello AMS Records. La línea de trabajo aquí plasmada es retro-progresiva con un énfasis en la faceta más aguerrida de la tradición italiana (MUSEO ROSENBACH, ALPHATAURUS, IL BALLETTO DI BRONZO), lo cual supone, a su vez, establecer algunos aires de familia con IL BACIO DELLA MEDUSA, IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE, LE PORTE NON APERTE, UBI MAIOR, y cómo no, UNREAL CITY. Zanetta dio inicio al grupo juntándose con Roberto “Berna” Bernasconi [bajo y primera voz] y Alessio Del Ben [batería, percusión, teclados y coros]; poco después, el ensamble se completó con el ingreso de Niccolò Gallani [piano, teclados, flauta y coros], procedente de CELLAR NOISE. Dentro de la logística grupal, Zanetta también toca algo de sintetizador. Este disco que hoy comentamos es una obra conceptual sobre la esquizofrenia emocional del ser humano, la repulsión de sus propios lados oscuros y el arduo camino a la aceptación de sí mismo: por ello, las imágenes metafóricas de espejos y reflejos son recurrentes en la secuencia de las cinco piezas que completan el repertorio del álbum. El mismo título del disco juega con esta paradoja de mostrar y ocultar el propio reflejo. Cuatro de las cinco piezas contenidas en este disco oscilan generosamente entre los 9 ¼ minutos y los 13 ¾ minutos de duración: se nota que el grupo quiere jugar a lo grande con sus esquemas musicales desde el punto de partida. Repasemos ahora los detalles de “Il Velo Dei Riflessi”.

Quel Che Disse Il Tuono

Comenzando con el ruido de un trueno distante, ‘Il Paradigma Dello Specchio (Primo Specchio)’ abre el disco comenzando con el despliegue de una aureola ceremoniosa y lánguida, para luego abrir camino a expresiones más aguerridas y robustas, todo ello mientras se preserva cuidadosamente el lirismo dramático que signa a todas las variantes melódicas y ambientaciones que se van sucediendo dentro de una diversidad bien afiatada. En su último tercio, la actitud de la canción se vuelve enfáticamente solemne, siendo así que la atmósfera se siente grisácea e inquieta: el inteligente empleo de capas y orquestaciones sobrias de los teclados junto al armado de un grácil solo de guitarra de cierto talante Floydiano, ayuda bastante a crear una sensación introspectivas en medio de la musculatura sónica. Un buen inicio de álbum, sin duda, y que ciertamente marca a la pieza siguiente, ‘Figlio Dell’Uomo (Secondo Specchio)’, pues ésta comienza con una parsimonia efectiva e intrigante. A poco de pasada la frontera del segundo minuto y medio, las cosas viran hacia un dinamismo notoriamente más luminoso, acentuado por un más que interesante diálogo entre la guitarra y el sintetizador. Mientras las dosis de extroversión expresionista van aumentando, también lo hace el músculo rockero, el cual no abandona al bloque sonoro ni siquiera cuando vuelven a encauzarse los pasajes parsimoniosos. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, emerge un interludio de tenor manierista cuyas sutil aureola sigilosa pronto abre campo a la expansión de otro más aguerrido. El epílogo redondea el núcleo temático con un pulso contundente, siendo predominante el rol de los teclados tanto en el solo central como en las bases armónicas. Un muy buen tema que conforma un clímax decisivo para el repertorio. ‘Chi Ti Cammina Accanto? (Terzo Specchio)’ es una balada sinfónica cuyos laterales aires bucólicos son acertadamente acentuados por las intervenciones de flauta en los momentos más suaves. La espiritualidad de esta canción es patentemente melancólica, mas se nota en los arreglos melódicos y armónicos que el grupo quiere hilar un ropaje grácil y suntuoso para aquella melancólica reinante, añadiéndole un cariz contemplativo. 

Los dos últimos temas del disco son los más extensos del mismo, y en buena medida, cargan sobre sus espaldas la mayor parte del dramatismo cálidamente expresivo en torno al cual gira el catálogo. ‘Il Bastone E Il Serpente (Quarto Specchio)’ comienza con un prólogo expansivo y vitalista donde se concreta un interesante contraste entre las estilizadas intervenciones del sintetizador solista y las recias intervenciones de la guitarra, todo ello sobre un regio groove armado por la tríada de órgano, batería y bajo. Para la emergencia de la primera parte cantada, todo se vuelve más lento y ceremonioso pero sin perder casi nada del vigor precedente. En un momento así, volvemos al territorio de la segunda pieza del disco, pero la suntuosa maraña de motivos instrumentales que se van hilando a través de diversas atmósferas que van de lo denso a lo ágil con perfecta fluidez, el grupo gesta un pico glorioso de ingenio progresivo dentro del álbum. Otros pasajes lentos ayudan a la pieza a realzar toda la versatilidad de su dramatismo melódico. El carácter señorial del último motivo impulsa un epílogo envolvente y apasionado desde el cual el grupo explora a placer las dimensiones más refinadas de su magnetismo lírico. Hemos disfrutado mucho de esta pieza pero todavía nos queda ‘Loro Sono Me (Catarsi’, la cual dura más y ostenta mayores dosis de complejidad musical. Los bloques temáticos se van sucediendo con exquisito frenesí y la opulencia de los compases inusuales utilizados para la mayor parte de ellos genera una sensación de neurótica inquietud, como si se quisiera escapar de alguna fuerza amenazante y misteriosa con el fin de llegar a un lugar de luz para que la susodicha amenaza desaparezca. Algunas secciones ostentan un aura gótica que nos recuerda a A PIEDI NUDI mientras que ciertos pasajes pesados nos remiten a enfoque más ácidos propio del prog pesado. Cuando emergen nuevas vibraciones para la instauración de la primera sección cantada, el cuerpo melódico expone una mezcla de cándida serenidad y arcanas vibraciones otoñales. La aureola etérea situada entre lo palaciego y lo pastoril, la misma que emana del bloque de mellotrones, sintetizador y clavicordio, ostenta una atmósfera introspectiva cuya calidez inherente es muy patente. Luego sigue un interludio de talante barroco, que es en realidad un puente hacia una sección ampulosa sobre un compás de 5/4 que respira una cierta tensión y, a la vez, se insinúa un fulgor casi celebratorio. La segunda sección cantada emerge sobre un swing tribal que anuncia el pronto arribo del majestuoso epílogo con el que habrá de terminar la canción. El último sonido es el mismo trueno distante que dio el impulso inicial a la primera canción del álbum; así pues, esta canción no solo brinda el clímax decisivo e idóneo para un disco marcado por un despliegue incombustible de grandilocuencia desde su punto de arranque, sino que también cierra su círculo temático con una adecuado efectismo. 

Todo esto fue “Il Velo Dei Riflessi”, un disco que reivindica a lo grande a la guitarrista y compositora Francesca Zanetta en esta nueva etapa de su carrera en el paisaje actual del rock progresivo italiano, y por supuesto, lo principal es que pone al colectivo de QUEL CHE DISSE IL TUONO en un sitio preferente dentro de la escena progresiva del presente año 2020. El grupo ha diseñado un exquisito juego de espejos marcado por una incansable ampulosidad caleidoscópica dentro de un discurso netamente prog-sinfónico. Este disco contiene suficientes dosis de vigor y densidad dramática como para no dejar indiferente a nadie: lo recomendamos totalmente. 



Muestras de “Il Velo Dei Riflessi”.-
Figlio Dell’Uomo (Secondo Specchio): https://www.youtube.com/watch?v=YvDGT4c2CRg

viernes, 17 de julio de 2020

El segundo despertar de SHAMAN ELEPHANT

Shaman Elephant - Wide Awake But Still Asleep

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar el nuevo trabajo fonográfico de los noruegos SHAMAN ELEPHANT, el mismo que se titula “Wide Awake But Still Asleep” y fue publicado por el sello Karisma Records en el antepenúltimo día del pasado mes de mayo. Además de la edición en CD, también vienen dos ediciones limitadas en formato de vinilo (una de ellas, de color naranja). Este colectivo conformado por Eirik Sejersted Vognstølen [guitarras y voz], Jard Hole [batería y percusión], Ole-Andreas Sæbø Jensen [bajo] y Jonas Særsten [teclados] se focaliza en una modalidad de psicodelia progresiva enraizada en la tradición del space-rock, pero abriendo espacios también al empleo de elementos de jazz-rock y de rock pesado clásico dentro de su esquema sonoro. Se trata de su segundo disco de larga duración, sucediendo por 4 años a “Crystals”, el cual, a su vez, había sido precedido por el EP “More”, que data del año 2015. Afincado en Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega, el personal de SHAMAN ELEPHANT ha perpetrado un muy refinado trabajo que reafirma a la banda en cuestión como una de las entidades más señoriales dentro de la actual escena progresiva escandinava (una escena muy nutrida, por cierto). Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio contenido en “Wide Awake But Still Asleep”, ¿vale?

Shaman Elephant

La pieza titular ocupa los primeros ocho minutos y pico del álbum. Lo que caracteriza a ‘Wide Awake But Still Asleep’ como pieza de entrada es la manera tan firme en que establece con fluida gradualidad su primera sección tras esos mecánicos golpes iniciales de platillo a los que pronto se une un riff recio de guitarra; dicha primera sección asienta una sólida mezcla de sobriedad y turbación sobre un medio tiempo en el que se alternan compases de 10/8 y 4/4. Con el arribo de la segunda sección, tras un breve puente aguerrido, el grupo elabora un groove ágil cuya robustez rockera se adorna muy bien con las intervenciones del piano eléctrico y las capas de mellotrón. El swing de la batería, por su parte, se torna más sofisticado. Hemos notado aquí los aires de familia con MY SLEEPING KARMA, SEVEN IMPALE y CAUSA SUI. Luego sigue ‘H.M.S: Death, Rattle And Roll’, una pieza impresionante que se centra en una precisa y sólida combinación entre la faceta más filuda del space-rock y el dinamismo elegante tan esencial para el discurso del jazz-rock. Tras un etéreo interludio marcado por un solitario piano eléctrico, el motif inicial resurge con un punche adicional merced a la inserción de un fabuloso solo de guitarra, amén de un vitalismo acrecentado en la compleja labor del dúo rítmico. Un cénit del álbum, sin duda… Y, de hecho, tal vez es nuestra pieza favorita de todo el repertorio. Con la dupla de ‘Steely Dan’ y ‘Ease Of Mind’, el grupo exhibe una ampliación de sus recursos sonoros, siendo así que el primero de estos temas mencionados desarrolla un lirismo reconocible dentro de una dinámica progresiva que se alimenta de ciertos aires de funk-jazz en algunas instancias del esquema melódico. Tal vez ello se deba al nombre del legendario grupo STEELY DAN (solo estamos especulando). En cuanto a ‘Ease Of Mind’, éste ahonda aún más en la vía del lirismo iniciada por la canción precedente, remodelándolo bajo una atmósfera de vulnerable intimismo. En clave de semibalada sinfónica y con un protagonismo específico de la guitarra acústica dentro del bloque instrumental, esta canción elabora la cercanía más clara de los SHAMAN ELEPHANT al estándar del prog sinfónico de línea retro. 

‘Magnets’ cumple con la función de devolvernos al aura de estilizada energía rockera que antes habíamos apreciado en la homónima canción del inicio. Hay un gancho imponente en esta canción que la convierte en una pieza llamativa a despecho del swing razonablemente sofisticado que el dúo rítmico decidió diseñar para la ocasión. En lo referente a la atmósfera vibrante que reina a lo largo y ancho de esta canción, hay algunas cercanías con los PORCUPINE TREE, así como con SPACE DEBRIS y con SUPERFJORD. El penúltimo tema del disco se titula ‘Traveller’ y también es el más extenso del mismo con su duración de 11 ¼ minutos. La canción exuda un fragor psicodélico poderoso y rotundo, pletórico de genuina garra rockera que hace sentir sus pulsaciones ígneas a través de su elegante arquitectura musical. El canto se deja acompañara fluidamente por las armonías, riffs y fraseos de la guitarra, mientras la triangulación de teclado, bajo y batería instala un compacto y macizo matrimonio de nervio y distinción. A pocos instantes de pasar por la frontera del cuarto minuto, todo se detiene para que la guitarra inicie en solitario un segundo motif sobre un compás inusual; así, mientras todos los instrumentos se van sumando a la nueva situación, se arma un exquisito crescendo que suena a una especie de deconstrucción de un moto perpetuo Crimsoniano en manos de una combinación de músicos de HAWKWIND, TOWN PORTAL y FANATISM. Así las cosas, el terreno está preparado para que se instale otro jam frenético donde la intervención vocal acompañante asume un aire evocador. Con los efectos espaciales del cierre, el grupo nos anuncia que el final de la canción está cerca: el viaje ha terminado aunque el álbum todavía no. Cierra el repertorio ‘Strange Illusions’, canción que en su espacio de 5 ¼ minutos explora unas cadencias más reservadas dentro del ideario space-rockero de la banda, cadencias reservadas pero con una expresividad tan exhaustiva como la que se desarrolló en el tema precedente. El hecho es que aquí el entusiasmo expansivo de ‘Traveller’ es reemplazado por un despliegue de pasión urgente. La canción ostenta una emotividad robusta y envolvente, tanteando seriamente con el stoner a la hora de enfatizar ciertos pasajes dentro de su desarrollo temático. Un estupendo cierre para “Wide Awake But Still Asleep” tras las palancas de vibraciones extrovertidas sobre las que se elevaban las dos canciones precedentes.

Shaman Elephant

Todo esto es lo que nos brindaron los cuatro integrantes de SHAMAN ELEPHANT a lo largo del repertorio contenido en “Wide Awake But Still Asleep”, una enérgica y contundente propuesta de rock ecléctico cuya caleidoscópica musculatura la hace atractiva para cualquier buena colección de música progresiva abierta a las diversas escenas actuales. Exhibiendo poco más de 40 minutos de diversos aires sonoros, este disco que nunca cansa; de hecho, lo consideramos bastante recomendable como lo que es, una de las instancias más vibrantes dentro de la producción progresiva mundial del presente año 2020. 



Muestras de “Wide Awake But Still Asleep”.-

viernes, 10 de julio de 2020

Nuevos destinos para los trayectos del maestro DARRYL WAY

Darryl Way - Destinations

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el honor y el agrado de presentar el nuevo disco del maestro veterano del rock progresivo británico DARRYL WAY, el cual se titula “Destinations” y fue publicado por el sello Right Honourable Records el pasado 14 de febrero (sí, en el más reciente Día de San Valentín). En este disco que desde ya nos aventuramos a calificar como uno de los más bellos y refinados de la producción progresiva hecha en estos primeros meses del año 2020, WAY toca su arsenal de violines eléctricos, teclados, guitarras y programaciones de ritmos, además de ser el autor exclusivo de los 10 temas aquí contenidos. Le acompañan el bajista Richard Mead y el baterista Pete Skinner. El disco en cuestión ya tenía terminado su proceso de postproducción a fines del año pasado, pero recién en este año salió a la venta. A estas alturas del partido, el gusto de WAY por el rock melódico y versátil bajo pautas progresivo-sinfónicas no es novedad, pero nos complace sobremanera que la diversidad sonora desplegada a lo largo de este álbum nos muestra a un músico y compositor que aún cuenta con mucha frescura creativa en su mente y su espíritu. Bueno, ya va siendo hora de que nos detengamos en los detalles de “Destinations”.

Darryl Way - Destinations

El primer tema del disco, titulado ‘Downtown LA’, se abre paso con un talante fulguroso que irradia vibraciones heroicas y algarabía. El vitalismo y el gancho de esta pieza afirman desde el primer instante que se trata del inicio perfecto para el álbum. Acto seguido llega el turno de la dupla de ‘Metropolis’ y ‘The Stars’. El primero de estos temas mencionados sigue las huellas de la luminosidad optimista y celebratoria del tema de apertura, pero esta vez le añade un toque extra de señorío progresivo en lo que respecta al fluido preciosismo con el que se desarrolla el índice melódico en curso. El colorido resultante de las combinaciones y entramados armados por las líneas de violín y los solventes esquemas orquestales de los teclados nos transporta hacia el primer punto culminante del álbum. En cuando a ‘The Stars’ – un tema bellísimo –, WAY decide virar hacia una dimensión introspectiva y nostálgica, haciendo que el siempre reinante señorío del preciosismo sinfónico se deje envolver por una atmósfera ensoñadora. Ésta se alimenta adecuadamente de ciertos matices cósmicos aportados ocasionalmente por las capas de teclados. No es realmente tristeza lo que se destila a través del núcleo melódico de esta pieza, sino una añoranza de algo que dejó su imborrable huella de luz en los pensamientos inquietos agrupados en lo más recóndito del yo. Repetimos: se trata de una pieza bellísima, tal vez la más cautivadora del álbum. El cuarto tema del repertorio se titula ‘The Wild West’ y es el más extenso del mismo con sus 6 ¼ minutos de duración. Ya desde el título mismo se nota que WAY quiere explorar aquí los senderos de las bandas sonoras de las películas western, y nuestras sospechas se confirman de inmediato cuando nos dejamos llevar por la magia misteriosa y sobriamente densa que dirige al desarrollo melódico. Hay un breve intermedio en el que las cosas se intensifican para armar un instante de refrescante esplendor en medio de una pieza que se destaca por explorar ambientes ceremoniosos. La verdad que esta secuencia de los temas segundo al cuarto ha consistido en un clímax musical perpetuo, y las cosas seguirán resultando magníficas cuando llegue el turno de ‘A Rainy Day In Vienna’.

En efecto, ‘A Rainy Day In Vienna’, el quinto tema del álbum, explora el candor nostálgico heredado de ‘The Stars’ pero no con tantas vibraciones cósmicas en el trasfondo de su desarrollo temático, sino con un arrebato nostálgico que guía al mismo. Podemos notar algunas confluencias Genesianas y afluencias del patrón de JEFF BECK en el modo en que el esquema melódico se explaya en su magnificencia esencial cuando, a mitad de camino, su groove se agiliza sobriamente. Otro momento particularmente destacable dentro de “Destinations”. ‘The Restless City’ entra a tallar para retomar los aires de trepidante centelleo que ya vimos plasmados en la pieza de apertura, desarrollando un inspirado enfoque sinfónico sobre un armazón rítmico que tiene mucho de country-rock. ‘Riviera Blue’, por su parte, exhibe una aureola relajante en base a un discurso fusionesco de inspiración mediterránea. Jazz-prog amable con efectivos solos de guitarra y violín, más algunos coquetos ornamentos percusivos para darle una robustez elegante al compás. Con la tríada final de ‘Antigua Bay’, ‘Freedom Road’ y ‘Mystic Mountain’ se completa el despliegue caleidoscópico proyectado a lo largo y ancho del álbum. ‘Antigua Bay’ ostenta una espiritualidad más celebratoria, pero prosigue en buena medida con la estrategia de trazar la estilización melódica propia del sinfonismo dentro de un esquema de predominantes resabios jazz-fusionescos. A mitad de camino, el talante jubiloso se acrecienta mientras la maraña instrumental se torna un poco más sofisticada. ‘Freedom Road’, va por otro lado; despliega un vigor rockero alimentado por una estilización rotunda que no es para nada ajena a la faceta más extrovertida del viejo paradigma de CURVED AIR de los primeros álbumes. Muy bien podemos señalarlo como el tema más autoafirmativo del disco. Su gancho es patente pero, que conste que es manejado con la debida exquisitez estética que se espera de un veterano del rock progresivo. En fin, ‘Mystic Mountain’ pone un precioso broche de oro al disco al recuperar la dimensión evocadora y nostálgica que antes apreciamos en ‘A Rainy Day In Vienna’, proveyéndola de una renovada fastuosidad. La causa principal de ello está en la emotividad penetrante que brota del violín de WAY, quien se reservó sus solos más conmovedores para este último tema.

En fin, “Destinations” nos ha brindado un catálogo maravilloso y hermoso de trayectos musicales que irradian diversidad y estilización dentro de su esencia progresiva de siempre. Nos queda claro que DARRYL WAY se ha vuelto a lucir como compositor e intérprete dentro de sus propios parámetros estéticos. Sin brindar algo realmente nuevo dentro de su muy amplia trayectoria, este disco hace infinita gala de ingenio melódico y, como tal, resulta totalmente recomendable para cualquier buena colección de rock artístico (o de rock, en general). 



Muestras de “Destinations”.-

miércoles, 1 de julio de 2020

Los nuevos alineamientos progresivos de AESTHESYS

Aesthesys - Alignments

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos complace mucho presentar el nuevo disco de la banda rusa AESTHESYS, el cual se titula “Alignments” y apareció en el mercado el pasado 28 de mayo. Con la alineación de Sasha Coudray [bajo], Artem Taganov [batería], Victor Krabovich [guitarra y teclados] y Nik Koniwzski [violín y teclados], el grupo nos brinda este estupendo trabajo que se impone como un más que digno sucesor de “Achromata” (publicado en el mes de abril del año 2018). Siendo el tercer trabajo de estudio de AESTHESYS, “Alignments” es un álbum conceptual centrado en diversos aspectos de un mundo futuro cyberpunk, inundado de implementos y recursos de inteligencia artificial, investigación espacial, desarrollo industrial y programas de software que diagraman y computan nuestras vidas. Adelantamos que las atmósferas predominantes a lo largo del repertorio contenido en este disco están marcadas por la intensidad, el nervio y la exuberancia, lo cual ilustra, a la vez, el dinamismo acelerado de la sociedad moderna y la sensación de opresión y pérdida del espacio individual, elemento comunes en la literatura y el cine de temática distópica. También adelantamos que se trata de nuestro disco favorito de este colectivo dedicado a cultivar un poderoso híbrido de space-rock, post-rock, math-rock y prog-metal, siendo así que ahora la paleta sonora abre espacios para la inclusión de ocasionales recursos electrónicos: esto último, por lo demás, tiene sentido dentro del marco conceptual del disco. Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio de “Alignments”, ¿vale?

Aesthesys

Abre el disco ‘Exodus’, pieza que se caracteriza por ostentar un lirismo flotante y grácilmente vitalista, bien metido en una confluencia de space-rock y post-rock bajo la influencia de PORCUPINE TREE. La expectante calma con la cual se arma la sencilla amalgama de teclados y guitarra marca la pauta para la que pronto será la instauración del cuerpo central. Poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto, el bloque instrumental asume una rotunda garra rockera merced al empuje muscular que imponen los riffs de guitarra, terminando todo con un breve repaso del lirismo flotante inicial. Gran inicio de disco. ‘Black Swans’ sigue a continuación para establecer un recurso de delicada sofisticación sobre un compás inusual que le brinda al garbo esencial de la banda una majestuosidad acrecentada. La influencia del factor post-rockero persiste aquí, pero es justo señalar que la atmósfera cibernética impuesta por los teclados y las tonalidades sobrias aportadas por el violín sustentan una aureola de ensoñación a través del dinamismo sónico más palpable dentro de la ingeniería temática. El bello epílogo se instaura fluidamente bajo un clima cinematográfico con un simple diálogo entre violín y guitarra. ‘01101001’ persiste en la creación de un dinamismo señorial sobre un esquema rítmico razonablemente sofisticado, y también abre un espacio relevante para los elementos cibernéticos que se filtran a través del punche grupal. Esta vez el nervio rockero está un poco más comedido, pero indudablemente perdura un brío y un pulso muy expresivos dentro del bloque sonoro; de hecho, percibimos aquí una suerte de extraño híbrido entre VESPERO y los UK de la época del trío. Estos tres primeros temas del álbum resultan ser los más extensos del mismo: siendo muchos de ellos los que ocupan un espacio menor de 4 ½ minutos, ‘Black Swans’ dura poco más de 5 ¾ minutos, mientras que ‘01101001’ dura casi 5 y ‘Exodus’ sobrepasa por poco el espacio de 5 ¼ minutos. ‘Transcendants’ es el primer tema del disco que podemos calificar como rabioso y filudo por derecho propio; desde el mismo instante inicial nos golpea ese embate de guitarra con el apego de la dupla rítmica. Las ocasionales inserciones de gráciles interludios ayudan a acentuar la corriente de embates prog-metaleros sobre la que transita y se forja el desarrollo temático. 

‘Hello World’ se enfoca en un talante electrónico que está relativamente emparentado con el estándar de los TANGERINE DREAM de los 80s mientras la dupla rítmica se encarga de sostener una agilidad sofisticada al típico estilo progresivo. El centro temático de esta pieza radica en las escalas machaconamente repetitivas de los sintetizadores, dando la apariencia de que la música aquí plasmada pinta un paisaje sonoro de un mundo mecanizado. Con la dupla de ‘Replicant Party’ y ‘Obey’, el personal de AESTHESYS se centra en el apuntalamiento de varias estrategias estilísticas empleadas con anterioridad. El primero de estos temas se centra en una encrucijada de post-rock y space-rock con añadidos matices de prog-metal, siendo así que éstos cumplen con la función de gestar un empuje dramático para la última mitad del encuadre temático. Por su parte, ‘Obey’ traza una diagramación cósmica del paradigma post-rockero, dándole al inicio cierta prioridad a los recursos mecanicistas y modernistas propios del lenguaje electrónico. Así las cosas, el lirismo que resuena a lo largo y ancho de este vigoroso tema da la impresión de ir madurando cuando a mitad de camino se termina imponiendo una estrategia rockera de electrizante robustez, la misma que trazará el definitorio final de la pieza. La misión de ‘Better Stranger’ es la de seguir la línea trazada de la pieza precedente mientras le proporciona una dosis mayor de señorío progresivo, un poco coqueteando con el math-rock. La labor de la dupla rítmica es fundamental a la hora de preservar un foco bien delineado para el armazón sonoro que se va desenvolviendo. Pasan más cosas de lo que parecen suceder en este espacio de 3 ¾ minutos, y, de hecho, este tema nos parece uno de los momentos culminantes del álbum. Los últimos ocho minutos y cuarto de “Alignments” están ocupados por la dupla de ‘Me2’ y ‘Amen D’, y tal como sucedió con la dupla de ‘Replicant Party’ y ‘Obey’, la secuencia de estas dos piezas tiene sentido en tanto labor de reforzamiento de recursos estilísticos precedentes. Así, ‘Replicant Party’ establece un ejercicio bastante muscular de space-rock con fuertes sazones prog-metaleras, mientras que ‘Obey’ erige una arquitectura híbrida de space-rock y sinfonismo sobre un groove tremendamente ágil y unos guitarreos muy tirados al modelo del stoner. Un broche muy potente para un repertorio que ha brillado todo el tiempo por su mezcla de gancho y garra.

A fin de cuentas, el posicionamiento de “Alignments” dentro del universo de AESTHESYS es el de un enriquecimiento creativo y sustantivo de su propuesta musical, lo cual significa que el grupo ha sabido seguir adelante por su bien delineado camino estilístico mientras le daba una frescura renovadora y vibrante. Totalmente recomendable para quienes gustan de los enfoques modernizados y eclécticos del lenguaje progresivo. 



Muestras de “Alignments”.-