jueves, 30 de julio de 2020

Paradero en el planeta Tierra de MAGIC BUS

Magic Bus - The Earth Years

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos complace presentar el nuevo trabajo fonográfico de la banda retro-progresiva MAGIC BUS, el cual se titula “The Earth Years” y ha sido publicado hace muy poco tiempo, específicamente, el pasado 19 de junio; es el cuarto álbum del grupo. El sello Back To The Garden Records se encargó de su producción en CD y en vinilo mientras que la edición virtual es suministrada por la propia banda desde su propio blog de Bandcamp. El ahora quinteto conformado por Paul Evans [voz y guitarras], Terence Waldstädt [guitarras y coros], Jay Darlington [teclados y coros], Wihll Mellorz [bajo] y Connor Spring [batería y coros] sigue en buena medida la senda de su fantástico disco anterior “Phillip The Egg” (2017), mientras se dedica a explorar parajes más sutiles dentro de su bien definido ideario musical, articulado en torno a una confluencia de Canterbury melódico, folk-rock, sinfonismo primitivo y prog psicodélico temprano. Como dijimos antes, se trata del primer trabajo del grupo como quinteto, siendo así que en los tres álbumes precedentes también había una integrante a cargo de las flautas (Viv Goodwin-Darke). El único momento en el que aparece un instrumento de viento es en la segunda canción del álbum, donde emergen algunas líneas de flauta dulce a cargo de Chris D’Adda. Este señor también fungió como ingeniero de sonido y mezclador del álbum; “The Earth Year” fue grabado en los Vale Studios, siendo poco después masterizado en los mismísimos Abbey Road Studios, nada menos.

Magic Bus

El repertorio de ocho piezas que compone este nuevo álbum comienza con ‘Easy Om’, canción que en su espacio poco menor de 3 minutos instala un ambiente de estilizada extroversión, impulsada por una delicada ingeniería melódica donde la diversidad de motivos y esquemas rítmicos crea una luminosidad juguetona. Muy al estilo de los dos primeros discos de CARAVAN con algunos toques de los SOFT MACHINE del primer álbum. Tras este estupendo inicio llega el segundo tema, el mismo que se titula ‘Inca Trail’. Su atmósfera es más serena y su esquema sonoro incorpora elementos folk-rockeros; mientras el desarrollo temático se concentra en crear una aureola ceremoniosa, alterada efímeramente por un interludio marcado por un fulgor grácil y sobrio, el bloque instrumental deja fluir un esplandor tan plácido como majestuoso. Hay un encanto sinfónico en el modo en que los arreglos de teclado y el solo de guitarra que emerge a mitad de camino se conectan dentro del encuadre global, y lo mismo funciona cuando llega el turno del solo de sintetizador final. Un cénit del disco, sin duda, Para cuando llega el turno de ‘Setting Sun’, el grupo se adentra más aún en el camino de serena introversión que se inició en la canción precedente. Notamos aquí una combinación del espíritu Yessiano del primer álbum con la faceta bucólica de los PINK FLOYD de la fase 1970-72; eso sí, un breve pasaje disruptivo centrado en un armazón disonante de teclados nos toma de sorpresa antes de llegar a la frontera del segundo minuto, pero, en realidad, se trata de un recurso para ayudar a la canción a adquirir una pequeña dosis extra de musculatura, algo que para nada altera el carácter bien definido de su núcleo melódico. ‘The Road To La Mezquita’ ostenta una mayor dosis de agilidad, aunque ésta se reserva para los momentos más saltarines, pues se trata de una canción diseñada a través de la ilación de diversos motivos. En varios momentos, el entrelazamiento de los dos guitarras asume un aire sutilmente aflamencado, pero lo que predomina principalmente es la interacción entre las armonías de guitarra, las líneas de bajo y las bases de teclado. La sección epilogar, resuelta en un clima ceremonioso, se asienta muy cómodamente bajo la guía de las bases de teclado, las mismas que abren campo para las sobrias florituras finales de la guitarra. 

La dupla de ‘Barleycorn’ y ‘Squirrel’ sirve para que el ensamble ajuste aún más las tuercas de su maquinaria estilística, lo cual se traduce en la edificación de los momentos más rotundamente climáticos del álbum. El primero de estos temas mencionados entra con todo en lo que a músculo rockero se refiere desde el mismo punto de arranque, instalando una ágil mezcla de ATOMIC ROOSTER y EGG para el prólogo instrumental. El canto entra a tallar durante un breve pasaje pastoril que, tal como descubriremos poco después, opera como puente hacia un cuerpo central bastante dinámico que traza un vuelo instrumental bastante grácil, bien metido en su groove jazz-progresivo con una dinámica retro bastante estilizada. Por su parte, ‘Squirrel’ (la canción más extensa del álbum con sus 7 minutos de duración) se explaya en un muy elegante dinamismo centrado en una mezcla de Canterbury (HATFIELD AND THE NORTH, CARAVAN) y sinfonismo (YES pre-72, CRESSIDA), a la vez que recoge algunos ecos de la luminosidad sistemáticamente articulada de la canción precedente. El aura vitalista que se respira mientras esta canción va llenando los espacios de su propio encuadre multitemático tiene aires de familia con lo que hacen otros grupos, como sus compatriotas de LOST CROWNS, así como los escandinavos SARCOPHAGUS NOW y NEEDLEPOINT. Estas dos canciones contienen varios de los solos de guitarra más floridos del álbum, y en su mutua ilación arman el clímax definitivo del repertorio Bajo el místico título de ‘We Are One’ surge la canción que cierra el álbum, una balada sinfónica propia de la vieja escuela de THE MOODY BLUES, con algunos toques de la faceta lírica de PINK FLOYD y de los YES pre-71; aparte del uso de algunos sobrios quiebres rítmicos que se emplea en algunos parajes estratégicos, el bosque sonoro de esta canción se centra en una introspectiva calidez, la cual es acogida mayormente por las capas de órgano sobre las que se sustentan las líneas vocales de Evans. Todo esto fue lo que se nos brindó en el repertorio de “The Earth Years”, un disco muy bonito que sabrá mantener a los MAGIC BUS como figuras centrales dentro del retro-prog británico de nuestros días.



Muestra de “The Earth Years”.-

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