miércoles, 3 de agosto de 2022

Los diversos paisajes musicales del colectivo progresivo francés ENNEADE

 Enneade - Withered Flowers and Cinnamon

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos “Withered Flowers And Cinnamon”, el nuevo disco del grupo francés ENNEADE, el mismo que está actualmente conformado por Julien Fayolle [bajo, contrabajo, Chapman Stick, pedales Moog Taurus y glockenspiel], Christophe Goulevitch [guitarras eléctricas], Christian Greven [voz, coros y teclados], Frédéric Lacousse [batería, percusiones, marimba y xilófono] y Georges-Marc Lavarenne [guitarras eléctrica y acústica, mellotrón y coros]. Este disco en cuestión fue publicado a fines del pasado mes de abril por el sello Vallis Lupi Productions. Se trata del tercer álbum de estudio de este ensamble formado en 1995 como sexteto en la bella localidad de Lyon, usando mayormente las coordenadas estilísticas del prog-metal. Eso sí, para el tiempo en que llegó el año 2005 y el grupo pudo concretar su álbum de debut “Remembrance”, el esquema sonoro de ENNEADE había virado hacia juegos de contrastes entre pasajes aguerridos y serenos, asimilando más elementos del sinfonismo de ayer y de hoy, y, a fin de cuentas, convirtiéndose en un grupo de prog ecléctico con ocasionales matices de prog-metal. De hecho, con cada nuevo álbum, el grupo tornaba su enfoque musical hacia terrenos más matizados. Aunque el arsenal sonoro del grupo es de por sí robusto, se dio todavía el lujo de contar con algunas participaciones extra: la de Kunio Suma (de la inolvidable banda japonesa BI KYO RAN), quien tocó sendos solos de guitarra en dos temas, y la del saxofonista Olivier Sola, quien aparece en el último tema. El material de “Withered Flowers And Cinnamon”se grabó en Warmaudio Studio y en Convulsound Studio, siendo así que Thibault Bernard (el dueño del segundo de estos estudios mencionados) se hizo cargo de la mezcla y la masterización. El baterista-percusionista de la banda Frédéric Lacousse realizó el arte gráfica del disco bajo la inspiración de una fotografía tomada por Martine Planet. Bueno, vamos ahora a los detalles del repertorio de “Withered Flowers And Cinnamon”.

Enneade - Withered Flowers and Cinnamon

Ocupando un espacio de poco más de 9 ¼ minutos, ‘A Foul Taste Of Freedom’ abre el disco a lo grande, iniciándose con un sereno cántico que pronto abre paso a un ejercicio de ágiles dinamismos rockeros que se sitúan a medio camino entre EDENSONG y YES, y estando así las cosas, se intercalan otros pasajes más filudos donde los riffs y efectos de guitarra ingresan convincentemente en el terreno de lo pesado a través del filtro de RIVERSIDE. De esta manera, opera en la canción una cruza entre la lozana frescura del aire y la fiera incandescencia del fuego. El cuerpo central se ornamenta cabalmente con algunos comedidos solos de sintetizador y de guitarra ubicados en ciertos lugares estratégicos. A poco de pasada la frontera del sexto minuto, emerge un interludio parco e introspectivo signado por armonías mínimas de guitarra acústica; esto sirve como puente hacia una nueva exaltación del bloque sonoro que está diseñada para redondear la faena con suficiente señorío. ‘Illumination’ sigue a continuación y no se deja opacar fácilmente por la canción precedente. De hecho, su estrategia consiste en trabajar la fastuosidad esencial de la banda por vía de una acentuación del perfil lírico, lo cual vez de la mano de un enfoque refinadamente arquitectónico de las secciones pesadas cada vez que estás surgen y salen al frente, algo que, en no poca medida, se siente emparentado con los DREAM THEATER de los dos últimos discos. Es por eso que su presencia ostenta una expresividad ígneamente dramática. Así pues, tenemos aquí una versión semi-metalizada de una cruza entre YES y GENESIS, y de paso, un primer cénit del álbum. Los ornamentos de percusión enlazan el final de este tema con el inicio de ‘Tinkling Forks’, canción, la cual sigue una línea de combinaciones estilísticas entre el paradigma de los BUBBLEMATH y el mejor legado de los KING CRIMSON de la etapa 81-84. La maraña de las guitarras crea una atmósfera grácil oportunamente ataviada por los aportes de las percusiones tonales. Todo se torna mágico cuando surge un flotante solo de guitarra, tras cuyo final se acerca el engarce con el cuarto tema del álbum, titulado ‘Grand Buffet’. Éste sigue por la línea del anterior con un enclave aumentado para el vigor rockero; de hecho, parece como si se tratara de una sola canción bien focalizada en torno a algunos centros temáticos bien definidos.

El repertorio del álbum se cierra con ‘Autumn’, la más larga del disco con su espacio de casi 12 ¼ minutos. Todo comienza con una atmósfera ceremoniosa que raya con lo tétrico en base a un misterioso groove de la batería y unas capas misteriosas de sintetizador y mellotrón. Ya cuando las armonías de las guitarras entran a tallar, lo ceremonioso es reemplazado por lo evocador, siendo así que cuando el dúo rítmico termina de asentarse, la canción asume unas rotundas vibraciones expresionistas. Mientras el grupo va reforzando este posicionamiento en un terreno intermedio entre ADVENT y ECHOLYN, la inserción de algunos pasajes rockeramente vivaces ayuda bastante a sostener el clima de permanente sofisticación musical al cual apunta la banda, aunque la espiritualidad sigue siendo predominantemente evocadora. Esta noción es impulsada diáfanamente por el modo en que el saxofón guía el camino hacia el clímax conclusivo de la canción, uno bastante majestuoso. En menos de 40 minutos, la gente de ENNEADE se ha lucido muy decentemente en cuanto a la creatividad y la energía expuestas en “Withered Flowers And Cinnamon”, un disco que, según nuestra percepción, es uno de los más bonitos que se han realizado en la actual escena progresiva francesa en lo que va del presente año 2022. Muy recomendable, para decirlo con pocas palabras.



Muestras de “Withered Flowers And Cinnamon”.-


Más reseñas de César Inca Mendoza en: Autopoietican - Apuntes de música progresiva contemporánea

jueves, 21 de julio de 2022

Programa #315 - Lo mejor del rock progresivo 2021 (quinta parte)

Mostly Autumn - Graveyard Star

Con ustedes, estimados podescuchas, el episodio 315 de Cerca de la Orilla.

Esta emisión con el quinto, de cinco programas, dedicados por entero a lo más destacado en el rock progresivo durante el 2021. Disfruta gran material de Korekyojinn, Ángel Ontalva, Mostly Autumn, Rachel Flowers, Frost* y Caligonaut.

Agradecemos la participación especial de Andrea Selene para esta serie de programas.

Escuela de música: Sala de Ensayo “El Garage”

Podcast:


Lista de canciones:

Waiting for the Lie - Artista Frost*, disco Day And Age *

Take Me Away - Artista Rachel Flowers, disco Bigger on the Inside

Karakorum - Artista Korekyojinn, disco Mesopotamia

Hushed - Artista Caligonaut, disco Magnified as Giants

Roads to Sunrise Cities - Artista Ángel Ontalva, disco Angel On a Tower

Turn Around Slowly - Artista Mostly Autumn, disco Graveyard Star **


Ficha técnica:
Fecha de publicación: 21/julio/2022
Locución: Andrea Selene
Rúbricas: Nora García (canciones Hatenaki Shoudou y Divine Design de KBB)
Música de fondo: Burn Again de Zózimo Rech
Producción integral: Javo Aguirre

¡Saludos rockeramente virtuosos!



sábado, 9 de julio de 2022

JETHRO TULL y el dogma del eterno retorno

Jethro Tull - The Zealot Gene

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy traemos a colación un disco muy especial, pues es ese donde JETHRO TULL anuncia oficialmente su retorno a la existencia formal tras su hiato iniciado en el año 2011. De hecho, el frontman y compositor principal del grupo Ian Anderson no imaginaba entonces una resurrección, sino simplemente una fractalización de carreras musicales solistas: básicamente, la de él y la de Martin Barre, su lugarteniente de varias décadas. Pues no, resulta que ahora Anderson vuelve al ethos grupal con el nombre colectivo con el cual ha grabado discos desde el ya lejanísimo año 1968. El título de este disco de retorno es “The Zealot Gene” y su publicación tuvo lugar el pasado 28 de enero por vía del sello alemán Inside Out, tanto en CD (incluyendo una versión especial de doble CD y Blu-eay) como en doble vinilo (negro, blanco, azul, rojo o verde oscuro) acompañado del CD. Anderson, quien toca la flauta, las guitarras acústicas, la mandolina, la armónica, el flautín irlandés, la percusión menor y, como puede, canta, es el autor de todas las letras y músicas de este nuevo álbum. Los restantes integrantes son gente con la que lleva varios años trabajando en estos últimos años solistas, algunos incluso fueron parte de la última alineación de JETHRO TULL cuando Barre formaba parte de la misma: David Goodier [bajo], John O’Hara [sintetizadores, órgano Hammond, piano y acordeón], Florian Opahle [guitarra eléctrica] y Scott Hammond [batería]. El guitarrista Joe Parrish-James toca en el penúltimo tema de este repertorio, y, de hecho, es el nuevo guitarrista de JETHRO TULL tras la decisión de Opahle de centrarse exclusivamente en la producción musical en su recién estrenado estudio Rosenheim. Las primeras ideas para esta obra fonográfica de retorno brotaron en la mente de Ian Anderson en enero de 2017, y ya en marzo de ese año, la grabación de siete piezas ya estaba bastante avanzada; sin embargo, el desarrollo de tours solistas de Anderson a lo largo de 2018 y 2019, junto a la posterior pandemia, paralizaron la compleción de las composiciones y grabaciones de más canciones. No siendo un álbum conceptual de por sí, las canciones que integran “The Zealot Gene” tienen en común que tienen letras que están directa o indirectamente inspiradas en pasajes de la Biblia. La fase exclusivamente solista de Anderson comenzó oficialmente en noviembre de 2011 con la decisión de Anderson de disolver JETHRO TULL (porque Ian también hacía giras solistas ocasionales durante la vigencia de la banda) y proponer a Barre que se enfocara en su propia carrera solista: la consigna es que no había JETHRO TULL sin Martin Barre, quien era el perpetuo lugarteniente de Anderson desde los últimos días de 1968. En el nuevo milenio, JETHRO TULL solo había publicado el disco “The Jethro Tull Christmas Album” (en el año 2003, y con poco material nuevo y propio) y un puñado de vídeos en vivo. En esas nuevas circunstancias, mientras Barre hacía giras por su parte y proseguía con una discografía solista iniciada en 1994, Anderson hacía lo propio y publicó los dos discos “Thick As A Brick 2” (2012) y “Homo Erraticus” (2014). Durante el largo proceso que llevó a la concreción del disco que ahora reseñamos, Anderson se dio cuenta de que los procesos de arreglos y grabación del nuevo material habían sido el resultado de una labor de equipo, y recordó que el asunto también había sido así con “Homo Erraticus”, además de que sus músicos de apoyo eran personas con las que llevaba trabajando bastante tiempo; así pues, a los ojos de Ian, “The Zealot Gene” tenía toda la autoridad artística para exigir la firma de JETHRO TULL en el mercado fonográfico.* Y así se hizo. Y ahora pasamos a revisar los detalles del repertorio en él contenido.

Jethro Tull - The Zealot Gene

Todo comienza con ‘Mrs. Tibbets’, una pieza marchosa y portadora de un punche extrovertido cuyas refinadas vibraciones rockeras son manejadas con una vivacidad bastante efectiva. Aquí tenemos uno de los pocos solos de guitarra eléctrica dentro del disco, algo que viene después de las espléndidas florituras de flauta que ocupan el centro nuclear del razonablemente sofisticado interludio instrumental. Buen inicio de álbum esta canción inspirada en el trágico bombardeo de Hiroshima (la Sra. Enola Gay Tibbets era la madre de Paul Tibbets, el piloto militar que arrojó Little Boy, la primera de las bombas atómicas arrojadas sobre esa ciudad japonesa) a partir del relato de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Luego, llega el turno del relativamente breve ‘Jacob’s Tales’, tema que ostenta un clima cándido y campechano con su sencillo encuadre de armónica, guitarra acústica y mandolina. Es una canción gentil con algunos sutiles matices contemplativos, un bien logrado híbrido de folclores celta y del delta estadounidense en esta proyección de cantautor. La letra, sin ser abundante, es precisa en su acidez al hacer un retrato sobre la faceta avariciosa y envidiosa del género (algo incluso bastante común en las rencillas fraternales, gente con la que compartimos estrechos vínculos consanguíneos). ‘Mine Is The Mountain’ establece un primer cénit del álbum con su progresivamente suntuosa atmósfera ceremoniosa. La imponente letra que consiste en el autorretrato de una divinidad déspota que nos recuerda que estamos sujetos a su variable voluntad halla el entorno perfecto en el grisáceo motif guiado por el piano, el cual parece retratar la cautela y el temor de quien, como Moises, debe acercarse a tan inexpugnable figura gobernante para recibir su mensaje y pasárselo a sus propios congéneres. El dramatismo inherente a la pieza es momentáneamente interrumpido por un viraje hacia un momento de peculiar expresividad en el intermedio instrumental, el cual introduce unos vivaces arreglos progresivos que nos remiten a la inolvidable fase 77-79 de la banda. Algunas secciones regresarán para la instancia final. El cuarto tema del disco justamente porta el título ‘The Zealot Gene’ y se encarga de devolvernos la polenta rockera, esta vez con una cadencia más contenida que en la canción inicial. Con una letra centrada en retratar la tendencia humana al prejuicio y la crueldad ante lo diferente, no nos extraña que el canto de Ian acentúe algunas entonaciones cínicas en su vocalización. En cuanto al esquema musical, éste tiene algunos quiebres rítmicos interesantes en los pasajes instrumentales, los cuales nos hubiese gustado que se ampliasen más, pero bueno, también está bien así.

Jethro Tull - The Zealot Gene

Llega ahora el turno de ‘Shoshana Sleeping’, una canción con un swing más pausado a fin de arropar la atmósfera que rodea a su intrigante y lujuriosa letra, contada desde el punto de vista de uno los viejos que espían a Susana bañándose, un retrato satírico del voyerismo inane y la libido pretenciosa de los viejos verdes (“Sweet sadness fills my heart. / Offered chances best not taken. / Unsullied, no vain glory. / Chapter, verse, another story. / Brushed eyelids gently closed, / Beauty framed in dawn light. / Savoured moment blessed. / A kiss, farewell and leave to rest.”). La confluencia de todos los instrumentos operantes es perfecta. En líneas generales, estas dos canciones que acabamos de describir mezclan la fineza de la etapa 77-78, el patrón de “Roots To Branches” y la garra mesurada que signó a la mayor parte de “Homo Erraticus”. ‘Sad City Sisters’ establece un retorno claro y directo al elemento folk de JETHRO TULL, con un acordeón que llena espacios y puntualiza las líneas de bajo mientras complementa los aportes de la flauta y del flautín; todo esto sirve para el asentamiento y el reforzamiento de la guitarra acústica y el canto. Lo que suena aquí es infinitamente inconfundible, así como lo es en el caso de la siguiente canción, ‘Barren Beth, Wild Desert John’. Esta pieza se perfila obedientemente por el sendero céltico de la pieza precedente, pero esta vez con un nervio incrementado al más puro estilo del folk-rock. Un estupenda labor de retoma de esa etapa de fines de los 70s, y encima, incluye otro buen solo de guitarra. ‘The Betrayal Of Joshua Kynde’ ya se centra más en lo propiamente rockero sobre un medio tiempo. Sin ser nada extraordinario en cuanto a su base melódica, las deslizantes líneas de bajo y las florituras de flauta operan muy bien dentro del entramado global; también hay otro estupendo solo de guitarra por ahí, y también nos parece que pudo ser más largo. La letra está inspirada en la traición de Judas Iscariote y, en esta ocasión, Anderson no se alejó mucho de la inspiración literal (apenas un cambio de nombre para el torturado protagonista). ‘Where Did Saturday Go?’ nos devuelve al terreno de los cantautores, exhibiendo un talante reflexivo e introspectivo, el mismo que no llega a ser abrumador merced a las hermosas líneas de flauta que llenan espacios por doquier lo largo del intermedio. Anderson, que nunca fue muy adepto a las fiestas que tienen lugar los sábados por la noche, se pregunta qué sucede de manera relevante entre el último día laboral y el remanso dominical.

Jethro Tull - The Zealot Gene

La dupla de ‘Three Loves, Three’ e ‘In Brief Visitation’ instaura una sección del disco particularmente destacada por su sortilegio melódico, el cual está bien asentado en el tránsito por el área folklórica e introspectiva de la canción precedente. La primera de estas canciones exhibe una claridad melódica bastante cristalina donde, una vez más, la flauta halla espacios para lucir su particular color dentro del sereno entramado sonoro. Su letra versa sobre los tres tipos de amor: philía (amistad), agápē (espiritual) y eros (romántico). En cuanto a ‘In Brief Visitation’, toda esa exuberancia pastoral llega a su máxima expresión dentro de esta estrategia sonora aún vigente, incorporando ornamentos de flauta, guitarra eléctrica y mandolina en varios pasajes estratégicos. Dicha exuberancia está al servicio del espíritu de sacrificio de quien recibe individualmente la culpa colectiva, el cabeza de turco, un paradigma de conveniente y facilista purga social que siempre retuerce nuestras más ávidas convicciones morales (“They still need someone to hate, / To brand with harsh accusations, to scare / The many and even the few / Who flock to the party but turn from the glare / When cuaght in the headlights and taken to task; / Cowardly persuasion behind the life mask. / They still need someone to hate. / In brief visitation, the fall guy was here.”). Visto desde esta detallada óptica, este tema se explaya en la idea central de la canción titular, a la vez que brinda un abierto contraste temático frente a la canción que le precedía. El cierre del álbum llega de la mano de ‘The Fisherman Of Ephesus’, una canción animada que ostenta un restringido vigor rockero con el propósito de reforzar el aspecto folk del folk-rock. La abundante letra expuesta en los primeros 100 segundos de la canción refleja el deseo de Anderson de expresar grandilocuentemente lo que está pensando en esta instancia terminal del álbum: el terrible complejo psicológico de la culpa del sobreviviente. En sus propias palabras, “vivir sin tus camaradas puede resultar muy duro, especialmente para Juan, quien fue el Apóstol del amor”. Eso sí, también hay un excelente solo de flauta en el intermedio, el cual resulta convincentemente vivaz y, además, anticipa su reprise para la conclusión.

Jethro Tull - The Zealot Gene Jethro Tull - The Zealot Gene

Todo esto fue lo que los renacidos JETHRO TULL (o sea, Ian Anderson y sus colegas del momento) nos han brindado con “The Zealot Gene”. El dogma del eterno retorno se ha encarnado de forma bastante satisfactoria a nuestros oídos en este disco que, de hecho, está siendo de los más comentados, favorecidos y cuestionados en las redes de difusión del rock. En este humilde blog, “The Zealot Gene” recibe una nota aprobatoria bastante alta aunque no nos deleita tanto como el hasta ahora último trabajo solista del Sr. Anderson “Homo Erraticus”. Permítasenos acotar que, en lo personal, nos parece un poco cuestionable que el buen Ian no haya seguido utilizando su rúbrica solista para firmar este trabajo, pero si él es el dueño y gestor de las circunstancias del legado musical de JETHRO TULL, entonces tiene legitimidad, tanto moral como estética, para retomar el nombre de este colectivo. Lo más importante de todo, al fin y al cabo, es que este disco de (eterno) retorno de JETHRO TULL es una estupenda obra que merece un sitio dentro cualquier fonoteca rockera que se precie de ser de muy buena para arriba.



Muestras de “The Zealot Gene”.-

* Ian Anderson llegó a afirmar que “Homo Erraticus” debió haber sido lanzado al mercado como un álbum de JETHRO TULL: https://vintagerock.com/ian-anderson-jethro-tull-scaling-the-zealot-gene/


Más reseñas de César Inca Mendoza en: Autopoietican - Apuntes de música progresiva contemporánea

martes, 28 de junio de 2022

Luz verde para las noches blancas de una nueva etapa de OCTOBER EQUUS

 October Equus - Noches blancas, luces rojas

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy estamos de plácemes porque toda nueva que provenga desde los cuarteles de OCTOBER EQUUS, uno de los ensambles más notables de la vanguardia progresiva española del presente milenio, es una buena nueva: claro está, nos referimos a la publicación de su nuevo disco, el cual se titula “Noches Blancas, Luces Rojas” y fue producido por el maestro Ángel Ontalva y Francisco Macías para el sello OctoberXart Records. Salido a la venta el día 7 del presente mes de junio, este disco cuenta con una alineación inédita para OCTOBER EQUUS: el propio Ángel Ontalva [guitarra y bajo], Víctor Rodríguez [teclados], John Falcone [fagot] y Avelino Saavedra [batería]. Falcone ya estuvo presente en el disco predecesor “Presagios” y Saavedra apareció en el disco solista de Ontalva “Angel On A Tower”, y es el primer disco del grupo sin Amanda Pazos a cargo del bajo. Ontalva también se hizo cargo de la mezcla y la masterización del material contenido en “Noches Blancas, Luces Rojas”, además de las imágenes y el diseño gráfico del disco. Lo de costumbre... Y como también es costumbre, la presentación gráfica es impactante e impresionante. La monumental pieza homónima, que es la única compuesta por Ontalva, da inicio al repertorio ocupando un espacio de casi 23 ¾ minutos, y justamente se trata de una vieja composición que estaba destinada originalmente para “Charybdis”, el segundo álbum de OCTOBER EQUUS (publicado en setiembre de 2008); a la postre, esta idea épica se abandonó para dejar entrar a otras composiciones realizadas por otros integrantes de la banda. Por su parte, todas las demás composiciones son de Rodríguez, siendo su gestación mucho más reciente. Tenemos aquí, pues, un encuentro entre un mundo paralelo donde el grupo sigue la línea del primer álbum homónimo de 2005 y este mundo real donde los OCTOBER EQUUS siguen explorando rutas estilísticas definidas desde los tiempos de “Permafrost” (2013) y, sobre todo, “Presagios” (2019), eso sí, con un vigor renovado. Pasemos ahora a detalles más concretos.

October Equus - Noches blancas, luces rojas

La suite ‘Noches Blancas, Luces Rojas’ se explaya por casi 23 ¾ minutos, una maratón reveladora e inusitada dentro de la trayectoria musical de la banda y, tal como dijimos más arriba, una pieza de claras intenciones épicas. Todo comienza con un clima misterioso de sutiles tonalidades lánguidas que, de alguna manera, parecen esconder un secreto trágico. Las capas de teclado ostentan un crucial protagonismo en esta primera instancia de la arquitectura multitemática, pero cuando el groove se agiliza un poco (haciéndose también más complejo), el armazón sonoro permite a los instrumentos actuantes conectarse de una forma más equilibrada. La importante presencia de atonalidades y ornamentos abstractos hace que esta emergente agilidad vehiculice un bien sostenido aumento de la densidad musical; en medio de los despliegues de fuerza de carácter asentados por la guitarra y los teclados, el fagot también hace sentir su relevante presencia. Desde poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, se puede aseverar que el ensamble ha conquistado fehacientemente un fragor expresivo muy al estilo de una cruza entre los últimos HENRY COW y los UNIVERS ZERO de los dos primeros álbumes. Más adelante, el ensamble vira hacia un aura sigilosa que se parece bastante al talante misterioso con el que ese inició esta maratón progresiva, pero se trata solo de un breve interludio que abre paso a otra excelente sección marcada por un refinado e inquietante oscurantismo. Poco antes de llegar a la frontera del décimo minuto, emerge una sección lenta e introspectiva que permite a Ontalva explorar la faceta avant-jazzera de su visión musical mientras las capas de teclado y el parsimonioso swing de la batería sostienen la ceremoniosa atmósfera progresiva del momento. Una siguiente sección aún más lenta está diseñada para dejar que se muestre un poco de la misteriosa ansiedad que latía desde hace bastante rato en el subsuelo de los desarrollos musicales que se iban hilando, hasta que ésta se interrumpe por obra y gracia de la emergencia de un contundente pasaje de línea jazz-progresiva signada por un predominio de ágiles tensiones donde conviven la vivacidad y la tirantez. Es como una mañana neurótica con ribetes juguetones que sucede a una noche plagada de un incierto dramatismo. Es precisamente este último factor el que habrá de predominar en el siguiente pasaje, el cual supone un parcial regreso a la ceremoniosidad otoñal que se hizo presente en otras secciones anteriores. Con todo, es la extroversión fastuosa la que marca el tenor de la sección epilogar de esta arrolladora y magníficamente heterogénea suite.

Tras ese fabuloso viaje musical que supuso la maratón homónima del álbum llega el turno de ‘Arrecia Tempestad’, un tema que también refleja una fuerte personalidad sin pretender igualar la fastuosidad expansiva de aquélla. En efecto, aquí opera una primacía sistemática de los matices y los coloridos insurrectos tanto en el complicado desarrollo temático como en los osados esquemas rítmicos diseñados para sustentar los diversos momentos del desosegado dinamismo que marca la esencia de esta pieza. Posiblemente era un tema con esta peculiar pieza de carácter el único que podía suceder cabalmente a la suite para hacerse notar por su propia voz. ‘Entre Rostros Y Sombras’, dada la situación, puede darse el lujo de exhibir un nuevo ejemplo de la faceta más sutil de la banda con su serena atmósfera jazz-progresiva cabalmente informada por resabios vanguardistas. En varios parajes de la segunda mitad, el groove se intensifica un poco, pero el epílogo regresa de lleno a la atmósfera inicial con una discretamente aumentada dosis de fastuosidad. Aquí y en algún otro tema posterior hallamos ecos del anterior disco de estudio de la banda, “Presagios”. ‘Rara Avis’ se adentra aún más en el prototipo jazz-progresivo, esta vez, con un enfoque más inclinado hacia la tradición del Canterbury y sus remodelaciones contemporáneas; estamos pensando en bandas como SCHERZOO, THE WRONG OBJECT y FORGAS BAND PHENOMENA como entidades con las que el colectivo OCTOBER EQUUS está tendiendo puentes estéticos. ‘Un Viejo Conflicto’ cumple con la misión de retornar a la línea avant-progresiva con una actitud frontalmente inquietante, pero sin renunciar al refinamiento sonoro y al dinamismo arquitectónico que son tan habituales en buena parte de la obra pasada y presente de OCTOBER EQUUS. ‘Hasta El Fin Del Tiempo’ es el tema encargado de cerrar el álbum y también es la composición más extensa de Rodríguez con sus más de 8 minutos de duración. La suntuosidad reinante y rebosante a lo largo y ancho del exquisito colorido desplegado en esta vibrante pieza de cierre gesta un auténtico broche de oro para el disco. Hay una grandilocuencia evidente aquí, aunque ésta no llega a niveles de pomposidad autocomplaciente; por el contrario, cada línea melódica, cada ornamento, cada variante de tono y cada swing están situados dentro de lo que puede, en un principio, parecer un rompecabezas, pero que en realidad es un jardín de místicos deleites progresivos. Ésta es la antítesis de ‘Noches Blancas, Luces Rojas’, es una manifestación celebratoria.

October Equus - Noches blancas, luces rojas

He aquí lo que se nos ha brindado en “Noches Blancas, Luces Rojas”, el nuevo repertorio de la genial banda OCTOBER EQUUS, símbolo viviente de lo más excelso de la música avant-progresiva española del nuevo milenio. Desde poco antes de que este año 2022 llegue a su ecuador, la gente de la actual alineación de OCTOBER EQUUS gesta y exhibe una de las obras más rotundas del rock progresivo mundial de hoy en día, algo a lo cual ya estamos habituados. 51 minutos y medio de gloria musical. Le damos luz verde; es más, lo recomendamos al 400%, ¿vale?, un 100% por cada músico integrante.



Muestras de “Noches Blancas, Luces Rojas”.-


Más críticas de César Inca Mendoza en: Autopoietican - Apuntes de música progresiva contemporánea

jueves, 23 de junio de 2022

Programa #314 - Lo mejor del rock progresivo 2021 (cuarta parte)

 Liquid Tension Experiment - Liquid Tension Experiment 3

Con ustedes, estimados podescuchas, el episodio 314 de Cerca de la Orilla.

Esta emisión con el cuarto, de cinco programas, dedicados por entero a lo más destacado en el rock progresivo durante el 2021. Disfruta gran material de Shamblemaths, Liquid Tension Experiment, Blacksmith Tales, Bizirik y Ciccada.

Agradecemos la participación especial de Andrea Selene para esta serie de programas.

Podcast: 


Lista de canciones:

The Passage of Time - Artista Liquid Tension Experiment, disco Liquid Tension Experiment 3

Ceremonia - Artista Bizirik, disco Ceremonia II *

Knucklecog - Artista Shamblemaths, disco Shamblemaths 2

No Man's Land - Artista Ciccada, disco Harvest

The Dark Presence - Artista Blacksmith Tales, disco The Dark Presence


Ficha técnica:
Fecha de publicación: 23/junio/2022
Locución: Andrea Selene
Rúbricas: Nora García (canciones Hatenaki Shoudou y Divine Design de KBB)
Música de fondo: Burn Again de Zózimo Rech
Producción integral: Javo Aguirre

¡Les mandamos muchos saludos rockeramente progresivos!


*Cita tomada de: Facebook de Bizirik

jueves, 16 de junio de 2022

Visiones ultraplanetarias de los maestros J. PETER SCHWALM y STEPHAN THELEN

J. Peter Schwalm & Stephan Thelen - Transneptunian Planets

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Tenemos hoy la muy especial ocasión de presentar este trabajo fonográfico de J. PETER SCHWALM & STEPHAN THELEN: este genial dúo de un maestro alemán y otro suizo publicó el álbum “Transneptunian Planets” el día 3 del presente mes de junio por vía del sello RareNoiseRecords, un álbum que es un prodigio de rock experimental para nuestro milenio. En esta obra conceptual sobre los planetas enanos, SCHWALM se hizo cargo de los sintetizadores, la percusión electrónica, las programaciones, los tratamientos sónicos y la voz, mientras que THELEN hizo lo propio con las guitarras, los teclados, el sintetizador granular y otras programaciones. El dúo contó con el apoyo de Tim Harries al bajo, Manuel Pasquinelli a la batería y la percusión, y Eivin Aarset a la guitarra, la guitarra e-bow y los efectos, además de un ocasional aporte de Neil Catchpole con los sampleos vocales. Bueno, vayamos ahora a los detalles concretos de este catálogo de visiones musicales interplanetarias de los maestros J. PETER SCHWALM y STEPHAN THELEN. La mitad del material contenido en “Transneptunian Planets” fue compuesta por el dúo, mientras que dos temas son de autoría de SCHWALM y los otros dos fueron compuestos por SHWALM, THELEN y el antes mencionado Aarset (veterano noruego cultor del avant-jazz y la electrónica). El material contenido en “Transneptunian Planets” fue grabado entre mayo de 2020 y agosto de 2021 en estudios de Frankfurt, Zurich, Londres y Oslo; los archivos de todas estas aventuras sónicas han estado viajando de Alemania a Suiza, y de ahí a Gran Bretaña y Noruega. Uno de los aportes de Zurich proceden de las partes de batería de Pasquinelli (colega de THELEN en SONAR y líder del AKKU QUINTET). En su propio estudio francfortés, SHWALM realizó el proceso de mezcla del álbum, mientras que el dúo se encargó de la producción general a través de la distancia geográfica; no hubo problema, sus genios individuales y su coordinación artística eran suficientes para completar el álbum con gran solvencia. Adelantamos que lo que se nos brinda en este disco es una experiencia melómana signada por un modernismo combativo y sustancial, pero bueno, vayamos ahora a los detalles mismos de su repertorio, ¿vale?

J. Peter Schwalm & Stephan Thelen - Transneptunian Planets

‘Pluto’ da inicio a las cosas y ocupa un espacio de poco más de 8 minutos y cuarto. Su mecánica musical se centra desde el mismo punto de partida en atmósferas cruzadas entre lo cósmico y lo futurista, siendo así que sus cadencias a medio tiempo permiten que el desarrollo temático realce sus inherentemente misteriosas vibraciones. El swing se sustenta sobre un tempo inusual, pero éste no es nada suntuoso en su tratamiento, sino que deja ciertos espacios vacíos a fin de que todo transcurra consistentemente bajo un velo espacial. Cerca del final, los guitarreos arquitectónicos y el solo de sintetizador se encargan de brindar una intensidad razonable añadida al bloque sonoro antes del eclipse conclusivo. La siguiente dupla de ‘MakeMake’ y ‘Quaoar’ sirve para que el dúo de los maestros SCHWALM y THELEN, junto a sus colaboradores, siga explorando detalles esenciales de su propuesta. El primero de estos temas mencionados establece una luminosidad particularmente grácil, siendo así que los diversos grooves gestados sucesivamente por la batería y la percusión electrónica instauran las bases para un expresionismo sofisticado dentro del encuadre sonoro. Es muy efectiva la mezcla de minimalismo al estilo ambient y boato electrónico-progresivo que se plasma aquí, en este primer cénit decisivo del álbum. En lo referente a ‘Quaoar’, el ensamble se dispone a desarrollar un ambicioso peregrinaje de 11 minutos y pico donde se cruzan los paradigmas de los KING CRIMSON de inicios del milenio y los TANGERINE DREAM de la primera mitad de los 80s, agregándose grooves enigmáticos y estilizados que son propios del patrón de SONAR y, en cierta medida, también del de STICK MEN. Si bien hay un predominio abrumador del enfoque cibernético dentro del diseño sonoro de esta pieza, a poco de pasada la frontera del séptimo minuto surgen algunos recursos de magnificencia que impulsan el armazón de un clímax expresivo convincente. El breve epílogo retoma el aura cósmica distante con que se inició el tema. Cuando llega el turno de ‘Haumea’, el ensamble regresa a varios de los modismos que signaron el esquema de trabajo plasmado en la pieza de apertura, aunque su ambientación se siente, en comparación, menos densa. La combinación de ingravidez celestial y poderoso colorido nos invita a hacer ciertos paralelos con el estándar del space-rock.

‘Orcus’, el quinto tema del álbum, exhibe una interesante mezcla de ceremoniosos grooves jazz-rockeros y atmósferas psicodélicas que se sitúan a medio camino entre lo crepuscular y lo melancólico. A contrapelo de los extravagantes ornamentos que continuamente van emergiendo a lo largo de la pieza, se nota claramente que opera un lirismo sereno y cálido en un nivel relativamente discreto. Poco antes de llegar al segundo tercio, el motif básico es interrumpido por una eclosión abstractamente sombría, pero una vez de regreso, dicho motif se asienta con total firmeza mientras se deja ornamentar por nuevos recursos sonoros. Con el arribo de ‘GongGong’, el ensamble procede con un ahondamiento en la faceta más ágil y fulgurosa de su ideario estético, asentándose sobre un groove extrovertido cuya agilidad permite a los musculares aportes de las guitarras y los sintetizadores exhibir su predominante acidez industrial con imponente garbo. Esto es como un híbrido de TUNER y SONAR bajo la guía de TANGERINE DREAM. ‘Sedna’ ostenta un esquema sonoro grácil que se asienta cómodamente sobre un compás inusual; dentro de este esquema de trabajo, los ornamentos de guitarra y sintetizador, así como las bases armónicas, juegan con matices etéreos que, ora se adentran en una ingeniería bien encorsetada, ora se explayan en mantos sonoros arropados bajo una aureola sutil. El diagrama sonoro diseñado para esta pieza es nebuloso con algunos atisbos de una extraña luz. Con ‘Eris’ llega el final del repertorio, trayendo consigo una atmósfera relativamente sombría que nos remite al sosiego arcano de una entidad enigmática que se siente bien pertrechada en su distante soledad cósmica. Algunos efímeros ornamentos percusivos entran a tallar para designar un recurso de desestructuración, pero eso es todo. Derivando su nombre del planeta enano conocido más masivo, este enfoque artístico puede estar inspirado en la idea de reflejar una especie de señorío. En conclusión, “Transneptunian Planets” es una obra maestra de la vanguardia contemporánea donde se cruzan la electrónica, el avant-prog, el space-rock y el ambient de talante denso; un ejercicio perfectamente focalizado de versátil creatividad que nos muestra a unos J. PETER SCHWALM y STEPHAN THELEN muy inspirados, tanto en lo individual como en lo colectivo. La combinación de vitalidad y aspectos atmosféricos que se refleja a lo largo de todo este álbum lo convierte en un ítem totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca de música vidente y experimental. Lo repetimos: ¡totalmente recomendable!



Muestras de “Transneptunian Planets”.-


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sábado, 11 de junio de 2022

El viaje musical y espacial del trío indonesio ATTILION

 Attilion - It’s So Wonderful

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos el nuevo disco del ensamble indonesio ATTILION, cultor de un híbrido de jazz-rock, post-rock y prog; el disco se titula “It’s So Wonderful” y es el cuarto dentro de su repertorio. Fue publicado el pasado 14 de abril en formato exclusivo de descarga digital desde el blog de Bandcamp de la banda. El guitarrista y líder de la banda Bowo C estuvo acompañado constantemente por el bajista Nanta mientras dos bateristas, llamados Shandy y Oka, respectivamente, se fueron alternando en esa posición a lo largo del álbum: éste tocó en los temas 3 y 6-9, mientras que aquél hizo lo propio en los temas restantes. El total de 10 temas contenidos en el disco que aquí comentamos fue grabado en el G Studio Pondok Inda de Yakarta a lo largo de diversas sesiones que tuvieron lugar en estos tiempos de pandemia. También hubo variedad en los momentos de mezcla y masterización de este nuevo repertorio: Roy Chandra se hizo cargo de estos procedimientos en los temas 1 y 7-10, mientras que Ikul Sarden hizo lo propio copn los temas 2-6. Por los títulos que tienen los seis nuevos temas y la imagen de la portada, podemos suponer que hay una temática conceptual centrada en el utópico desplazamiento de la especie humana hacia otro planeta en medio del desastre en que se ha ido convirtiendo nuestra Madre Tierra. Bueno, ahora los detalles estrictamente musicales de “It’s So Wonderful” serán nuestro centro de atención.

La secuencia de los cinco temas nuevos primeros comienza con ‘Space Competition’, una pieza enérgica que se centra mayormente en jugar con improvisaciones jazz-rockeras sobre un groove progresivamente sofisticado. Las síncopas elaboradas por la dupla rítmica se van explayando de una forma elegantemente tortuosa mientras los guitarreos exhiben una soltura virtuosa tremendamente vivaz. Eso sí, el vigor en curso tiene un cierto porcentaje de autoconstricción debido a que el trío opta por priorizar la sofisticación musical por sí misma encima de la demostración de garra. Antes del pasaje final, el trío gesta un interludio grácil que permite al esquema sonoro proyectar una cierta aura jovial. El segundo tema es ‘New Life On New Land’ y su misión es la de trabajar con esa misma jovialidad para convertirla en el centro temático, así como en el groove principal. Lo que suena es casi como una versión más parca del paradigma de sus connacionales de TOHPATI BERTIGA. Con la dupla de ‘Planet Overload’ y ‘Preparing For Mars’, el trío apuesta por el planteamiento de nuevas exploraciones sonoras. El primero de estos temas mencionados incursiona en nebulosos y misteriosos ambientes de tenor post-rockero donde la reinante parsimonia es utilizada para crear una cruza sonora de impresionismo y minimalismo. Parece que es el bajo quien dirige el armazón general al marcar la pauta para las vibraciones sigilosamente etéreas de la guitarra. A mitad de camino, se perfila una intensidad un poco más densa para llevar el sencillo motif central hacia un viraje relativamente extrovertido. En cuanto a ‘Preparing For Mars’, éste desarrolla una instanciación jazz-rockera que ostenta traqueteos señoriales; en medio de la estructura sónica que se deja arropar convincentemente por una atmósfera cálida, la guitarra, el bajo y la batería alternan momentos de virtuosismo que nos remiten irremediablemente a la escena del jazz-fusion de los 70s. Eso sí, el grupo prefiere mantener una cualidad adusta para el encuadre sonoro en vez de exorcizar algún tipo de nostalgia de la fastuosidad contundente de aquellos tiempos. Uno de los momentos cumbre del álbum junto a la pieza de apertura. ‘Space Act’ sigue parcialmente por la senda del tema precedente, aunque con una dosis mayor de nervio, debido a la musculatura extrovertida emanada de la mezcla de jazz-prog y psicodelia (con algunas confluencias vinculantes a la histórica MAHAVISHNU ORCHESTRA) que el grupo maneja para el arreglo global de esta quinta pieza del álbum. De paso, se nos brinda otro fantástico solo de bajo.

El último de los temas nuevos es el que justamente cierra el repertorio y se titula ‘Setan Korona’, un manifiesto de la faceta más experimental de la banda. Durando poco más de 5 minutos y medio, este tema comienza con un prólogo manejado por una solitaria guitarra absorta en sus propios fraseos sobrios, pero este clima es pronto fracturado por un ejercicio de free jazz focalizado en juegos progresivamente deconstructivos. La combinación de agilidad y anarquía que tiene lugar inspira imágenes de incertidumbre déspota e imponente en la mente del oyente. Finalmente, la guitarra regresa a su soledad inicial para plasmar acordes sueltos que exhiben una concisión espartana. Pero antes de llegar aquí, el colectivo de ATTILION se puso a revisar cuatro temas procedentes de sus álbumes anteriores, los cuales son ‘Rotten Melon Blues’, ‘Noon’, ‘Traveling’ y ‘Rex’. De este modo, la banda reformula algunos matices y atmósferas de las versiones originales bajo las coordenadas de su renovado esquema sonoro. Las dos últimas versiones son nuestras favoritas porque en ‘Traveling’ se nota un afinamiento del relajado espíritu señorial y en ‘Rex’ se realza la sofisticación mesurada y envolvente del desarrollo temático original (el primer tema mencionado pertenece a “Early Dawn”, mientras que el segundo apareció en el álbum debut “It Must Be”). Así pues, “It’s So Wonderful” encarna el testimonio de la persistente naturaleza extrovertida y ágil de la propuesta musical de ATTILION, un grupo que sigue manejando con solvencia su propia visión del rock artístico y ecléctico, apostando por darle un poco más de vigor expresivo en el momento actual. Un disco que recomendamos bastante para cualquier fonoteca dedicada al rock experimental de estos tiempos.



Muestras de “It’s So Wonderful”.-
Space Competition: https://attilion.bandcamp.com/track/space-competition-2
Planet Overload: https://attilion.bandcamp.com/track/planet-overload
Preparing For Mars: https://attilion.bandcamp.com/track/preparing-for-mars


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