sábado, 22 de octubre de 2022

La nueva gama de colores de KARCIUS

Karcius - Grey, White, Silver, Yellow & Gold

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos el nuevo disco del grupo canadiense KARCIUS, el cual está conformado por Sylvain Auclier [voz, bajo y percusiones], Thomas Brodeur [batería, percusiones, programaciones y diseño sonoro], Sebastián Cloutier [órgano Hammond B3, pianos acústico y eléctrico Wurlitzer, sintetizadores, mellotrones y coros] y Simon L’Espérance [guitarras, sintetizadores, percusiones y programaciones de loops]. El disco en cuestión fue publicado el pasado 18 de mayo y se titula “Grey, White, Silver, Yellow & Gold”; la publicación se dio por vía independiente, tanto en CD como en vinilo doble. Fundado en Montreal en el año 2001, KARCIUS operó como un ensamble de jazz-prog instrumental en sus tres primeros álbumes, para luego enfilarse hacia un eclecticismo más expansivo donde se incluía elementos de avant-prog y heavy prog, además de canto (“The First Day”, de 2012). El punto de quiebre más notable se dio con el siguiente álbum “The Fold” (2016), cuando el colectivo viró hacia el sendero del prog-metal moderno con matices eclécticos, un rumbo que se refuerza muy dinámicamente con el arribo de “Grey, White, Silver, Yellow & Gold”, una orientación que incluso acapara una nueva gama de colores.

Karcius - Grey, White, Silver, Yellow & Gold

La dupla inicial de ‘Parasite’ y ‘Supernova’ ocupa un total conjunto de 12 minutos, asentando las bases para buena parte del clima general del disco. El primero de estos temas mencionados comienza con un clima psicodélico de base cibernética para, al poco rato, abrirse hacia una explosiva comunión de prog-metal y heavy prog donde la expresividad apasionada está a flor de piel de forma recurrente. El esquema rítmico es razonablemente sofisticado y el enmarañamiento armónico entre los bien pulidos riffs de guitarra y las atmósferas de los teclados es perfectamente impoluto. Se da aquí una electrizante confluencia entre los senderos estilísticos de HAKEN, PORCUPINE TREE (etapa 2002-07) y GHOST TOAST. En lo referente a ‘Supernova’, ésta comienza con un enclave reflexivo que anuncia el despliegue de vulnerable vitalidad que ha de impulsar la espiritualidad general de la canción a través de sus ulteriores desarrollos temáticos. Ahora estamos en el terreno de una hibridización entre el paradigma de los actuales ARENA y el señorial poderío de los RUSH de la etapa 93-96, con algunas sazones de los DREAM THEATER post-2013. Acto seguido, llega el turno de ‘The Ladder’, una de las canciones intrínsecamente climáticas del repertorio dada su duración de 13 ¾ minutos. Los momentos iniciales indican que el grupo aborda aquí una continuidad del dramatismo aguerrido y estilizado de la primera canción, pero mientras va avanzando la ilación de los diversos motivos, advertimos que aquí se da también una remodelación de las vibraciones enardecidas y ansiosas que ya habían tenido efectivos focos de expresión en la segunda canción. En los parajes más etéreos, el grupo explora matices modernistas que apuntan hacia panoramas envolventes, mientras que los más pesados se articulan dentro de una arquitectura tan ágil como contundente. Un solo de sintetizador de tenor Floydiano y un esbelto solo de bajo salen al frente sucesivamente antes de la instauración del último bloque melódico, el cual habrá de incluir uno de los mejores solos de guitarra del álbum. Todo un cénit del disco. ‘Cosmic Rage’ se encarga de rehacer el vitalismo electrizante de la primera canción con un espacio más abierto para la presencia de pasajes atmosféricos. La claridad melódica perfilada en los arreglos se beneficia del empleo de esquemas rítmicos moderadamente vivaces.

‘Distance Kills’ es una hermosa canción concebida como una semi-balada donde confluyen la garra preciosista del prog-metal y la intensidad envolvente de la psicodelia pesada, siendo así que en algunas ocasiones llegan los teclados a aportar un cierto toque sinfónico al asunto. Reemergen las confluencias con los patrones de PORCUPINE TREE y HAKEN. Una vez más, la claridad melódica se expresa con total transparencia a través del suntuoso despliegue de musculatura rockera que se apodera de varios tramos del desarrollo temático. El final celestialmente misterioso de esta canción se engarza con el inicio de ‘A Needle Tree’, canción que con su espacio de poco más de 15 ¼ minutos resulta ser la pieza más extensa del repertorio, y, de paso, la encargada de cerrarlo. Un generosamente amplio solo de piano eléctrico se explaya sobre un modernista trasfondo espacial, siendo sucedido por una sección introspectiva guiada por el dueto de canto y guitarra acústica. Cuando el asunto se torna eléctrico y electrizante, se instaura el imperio de la pasión ceremoniosa, muy al estilo de ARENA (y también de AIRBAG), aunque con una corpulencia más aguerrida. Hay momentos en los que la batería hace lucir sus grooves más sofisticados dentro del bloque instrumental; hay otros momentos en los que el grupo juega con una sutileza muy honda muy cercana al más misterioso solipsismo; todos ellos van uniendo fluidamente todos los suelos y paredes que conforman este atractivo corredor multi-temático. Todo esto fue lo que se nos brindó desde los cuarteles de KARCIUS con “Grey, White, Silver, Yellow & Gold”, un disco diseñado para reforzar el giro estilístico de la banda y, de paso, para poner un importante grano de arena dentro de la faceta más pesada dentro de la escena progresiva de nuestro tiempo. 56 minutos y pico de enérgico esplendor rockero.



Muestras de “Grey, White, Silver, Yellow & Gold”.-


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