viernes, 10 de abril de 2020

KARFAGEN: un gran vuelo prog-sinfónico en una suite... y algo más

Karfagen - Birds of Passage

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA

Hoy echamos un vistazo a KARFAGEN, uno de los proyectos del irremediablemente trabajólico compositor y músico progresivo ucraniano Antony Kalugin. Uno de los primeros lanzamientos progresivos de este año 2020 pertenece justamente a KARFAGEN y se titula “Birds Of Passage”, siendo así que la mayor parte de su repertorio consiste en la suite homónima de casi 44 minutos de duración; dicha suite está dividida en dos partes. La publicación de este disco tuvo lugar concretamente el 3 de enero pasado. Para la Primera Parte, se empleó en las letras secciones de la obra poética de HENRY WADSWORTH LONGFELLOW; para las letras de la Segunda, el referente fue WILLIAM BLAKE. También hay en el repertorio unos temas mucho más breves, siendo así que el primero de ellos también usa un poema de BLAKE para la letra. Claro está, toda la labor de composición musical es del buen Antony. El origen de la banda se remonta al año 1997, cuando Kalugin tenía recién 16 años, siendo ya entonces muy competente a los teclados y la guitarra. Pero recién en el año 2006 pudo KARFAGEN, ya como proyecto suyo, debutar con el álbum “Continium”, y la cosa no ha parado pues el disco que hoy reseñamos es el décimo de su catálogo (y eso que no estamos contando los siete discos que tiene con su otro proyecto SUNCHILD ni los dos que tiene con HOGGWASH, proyecto a dúo con el músico galés Will Mackey). Volviendo a “Birds Of Passage”, este álbum nos muestra una consistente permanencia de parte de Kalugin y sus colaboradores en el área del rock sinfónico, exhibiendo sus deudas con el paradigma inicial al modo retro, pero también incorporando dinamismos más modernos dentro del entramado sonoro. En este disco ha participado una buena cantidad de colaboradores: Mathieu Spaeter (guitarras), Konstantin Ionenko (bajo), Viktor Syrotin (batería), Aleksandr Pavlov (guitarra clásica), los vocalistas Tim Sobolev y Olha Rostovska, Aleksandr Pastuchov (fagot), Maria Baranovska (violín) y Elena Kushiy (flauta). 

Veamos ahora los detalles de este disco. Los títulos de las secciones de la Primera Parte de ‘Birds Of Passage’ son ‘Your Grace’, ‘Against The Southern Sky’, ‘Sounds That Flow’, ‘Chanticleer’ y ‘Tears From The Eyelids Start (Part 1)’. Por su lado, la Segunda Parte consta de las secciones ‘Eternity’s Sun Rise’, ‘Echoing Green’, ‘Showers From The Clouds Of Summer’ y ‘Tears From The Eyelids Start (Part 2)’. Comienza la Primera Parte de la suite con un prólogo centrado en un despliegue de tonalidad ceremoniosas y lánguidas, casi coqueteando con lo sombrío, pero es que en realidad es un cúmulo concentrado de fulgor que explota a todo dar poco antes de la barrera del segundo minuto. A partir de allí, el bloque instrumental y los arreglos vocales se focalizan en un vitalismo preciosista donde confluyen los inmortales legados de YES, EMERSON, LAKE & PALMER y GENESIS. El empleo de un compás inusual le da una dinamica muy especial a las meticulosas amalgamas armónicas, solos y orquestaciones de teclados que van emergiendo a lo largo del camino. Mientras avanza el desarrollo temático, los pasajes suntuosos y los solemnes se van alternando dentro de un cuadro musical general que no deja espacio sin llenar dentro de su estilizada pulcritud melódica. Algunos interludios de cariz introspectivo son empleados para añadir recursos de misterio al asunto. A poco de pasada la frontera del décimo minuto, las cosas llegan a un culmen de suntuosidad melódica, algo muy en línea con los principales trabajos solistas de RICK WAKEMAN y, hasta cierto punto, con el paradigma retro-progresivo surgido en los 90s (al modo de THE FLOWER KINGS y también de GLASS HAMMER). De este modo, se prepara el terreno para la secuencia que hila un nuevo momento de solemnidad serena con otro mucho más desbordante, diseñados para sustentar las siguientes secciones cantadas. Una vez terminado un electrizante clímax de talante Yessiano, la sección final se retrotrae a una ambientación calmada signada por un lirismo flotante (al modo de una cruza entre CAMEL y PINK FLOYD). 

La segunda parte de la suite comienza con una sonata de guitarra clásica, la cual emana una placidez envolvente que, de alguna manera, condiciona el despliegue de lirismo cálido y gentil que se habrá de explayar una vez instaurado el bloque instrumental íntegro. Poco antes de llegar a la frontera del séptimo minuto, las cosas se densifican notoriamente sin romper con la calidez reinante, la cual permanece bien instalada dentro de la cruza de los paradigmas Yessiano y Genesiano. Eso sí, se nota un garbo muy filudo tanto en los solos de sintetizador como en los de guitarra que se van turnando. Poco a poco, esta Segunda Parte va recogiendo los ecos de los momentos más enérgicos de la Primera, añadiendo un talante celebratorio al asunto. A poco de pasada la frontera de los 15 ½ minutos, todo se detiene para que el piano inicie el proceso hacia un pasaje melancólico repleto de matices contemplativos, muy patentes éstos en los ornamentos y solos de los teclados que entran a tallar mientras la sección rítmica elabora un tempo lento en 3/4. Cuando llega la hora del solo de guitarra, la cosa suena como un híbrido de Roine Stolt y Andy Latimer, lo cual ayuda a dar una musculatura extra a un pasaje tan ceremonioso como éste. Tal vez se trata del momento más hermoso de esta Segunda Parte. El epílogo llega de la mano de retazos cósmicos de tenor relajante, al modo de una paz conquistada tras meticulosas observaciones y exploraciones. Los dos temas más breves son los bonus tracks titulados ‘Spring Birds Delight’ y ‘Sunrise’, respectivamente. El primero de ellos ostenta una agilidad mesurada centrada en el medio tiempo organizado por la sección rítmica, oportunamente sazonada con efectivos ornamentos percusivos; mientras tanto, las comedidas florituras de la guitarra acompañan al canto. Esto suena a una encrucijada de PENDRAGON y HÖSTSONATEN. Por su parte, el segundo de estos temas desarrolla una remodelación de la primera sección de la Segunda Parte de la suite, resaltando su potencial bucólico al modo de un ANTHONY PHILLIPS, y dando un rol protagónico a la flauta. Además, con la adición de suaves percusiones cibernéticas, el magnetismo melódico en curso fluye con un aura ensoñadora. Muy buena idea. 

También hay una pieza no incluida en el disco que solo aparece en el blog de Bandcamp de KARFAGEN: ‘Birds (Short Introduction)’, que no es sino una remodelación de la primera sección cantada de la Primera Parte de la suite, casi como si se hubiese preparado para la publicación de un single, pero ahora en versión casi netamente instrumental. No aporta nada a la experiencia ya disfrutada en el concepto integral de esta nueva obra de KARFAGEN. Más allá de este detalle, como balance final, hay que valorar a “Birds Of Passage” como un disco vibrante, lleno de prestancia melódica a raudales, un nuevo índice del aporte estético que este proyecto ucraniano brinda al presente del ideal prog-sinfónico a nivel mundial. El personal de KARFAGEN vuelve a dar en la yema del gusto a los acérrimos amantes del rock progresivo sinfónico, sin exigirse salir de su propio guión musical ni añadir algo nuevo a las cimas expresivas plasmadas en la secuencia de los tres discos antecesores. Ante todo, se trata de un disco muy recomendable. 



Muestras de “Birds Of Passage”.- 

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