miércoles, 15 de enero de 2020

TONY BANKS: música de cámara en cinco jornadas

Tony Banks - 5

HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el tercer disco de música de cámara de TONY BANKS, a quien conocemos como el perpetuo teclista, ocasional guitarrista y más prolífico compositor de GENESIS: el disco en cuestión se titula “Five” y fue publicado el 23 de febrero último por el sello BMG. Este ítem fonográfico sucede a “Seven: A Suite For Orchestra” (2004) y “Six Pieces For Orchestra” (2012), y de hecho, BANKS no tenía en mente específicamente que este disco que tenemos en nuestras manos contuviese cinco piezas, pero al final, no pudo evitar que ésa fuese la cantidad de ítems de su repertorio, y cómo no, tampoco pudo evitar que el propio título “Five” se impusiera por sí mismo. Así que, en este caso, tenemos una secuencia involuntaria de cantidad decreciente de composiciones académicas. Las primeras ideas musicales de lo que luego pasó a ser el desarrollo del repertorio completo de “Five” emergieron de la comisión que se ofreció al buen TONY para que compusiera una pieza de cámara de 15 minutos para el Cheltenham Music Festival de julio del 2014, siendo la decimoséptima edición del mismo y con una orquesta dirigida por Meurig Bowen. BANKS adoptó la estrategia de acoplar y armonizar varias piezas breves que ya tenía a medio desarrollar: el resultado fue ‘Arpregg’, la cual, tras algunas remodelaciones ulteriores para las secciones más fastuosas, se rebautizó como ‘Prelude to a Million Years’, a la sazón, la pieza de apertura de “Five”. En este disco, nuestro compositor de interés contó con el soporte de la Orquesta y Coro Sinfónico Nacional de la República Checa, siendo así que el director Nick Ingman no solo guio al ensamble de cámara con su batuta, sino que también ayudó a BANKS a perfeccionar varios matices, cadencias rítmicas y atmósferas de las cinco piezas aquí incluidas. Su labor en ‘Prelude To A Million Years’ fue muy valorada por BANKS y por ello lo acogió como su socio en cada paso del camino de realización integral de “Five”. También se destaca en varios momentos las intervenciones de los solistas John Barclay [corneta y trompeta], Martin Robertson [saxofón y duduk], Frank Ricotti [percusión] y Skaila Kanga [arpa]. A lo largo de todo el disco, BANKS toca piano y también algo de celesta, algo que no sucedió en los dos discos de cámara precedentes (de hecho, no toca nada en “Six Pieces For Orchestra”). Bueno, veamos ahora los detalles específicos de este nuevo repertorio orquestal del maestro BANKS.


Tony Banks

‘Prelude To A Million Years’ (con un título tomado de la novela gráfica de Lynd Word) comienza con capas masivamente ceremoniosas de las cuerdas, diseñadas ellas para plasmar un aire de sombrío señorío. Dicho señorío se acrecienta notoriamente cuando entran a tallar los bronces, logrando también que una luminosidad renovadora le dé un giro más robusto a la atmósfera y al desarrollo temático. Los niveles de grandilocuencia son variados y finamente calculados según el momento. El núcleo temático es, de por sí, un prodigio de magnificencia aristocrática signada por una pulcritud arquitectónica. Ya cuando se ha pasado la frontera del sexto minuto, el armazón orquestal pasa hacia un largo paraje de relativa serenidad que no es sino la instauración de los cimientos de un próximo momento de expansión expresionista cuyo clímax exhibe su mayor fulgor alrededor de la frontera del décimo minuto. Una vez que todo regresa a la previa atmósfera de señorial serenidad, el terreno se prepara para que la magnificencia del motif central marque un nuevo terreno durante los últimos tres minutos y medio, aterrizando todo en una plácida calma otoñal. La dupla de ‘Reveille’ y ‘Ebb And Flow’ encarna, según nuestro parecer, la cumbre del disco. ‘Reveille’ comienza con el piano dictando y trazando efluvios ondeantes mientras las cuerdas y las maderas, con una delicadeza estratégica, se van uniendo a la exquisita marea sonora en curso. Dicha marea va ganando en densidad y claridad melódica cuando el corno aporta sus sobrias florituras y el bloque orquestal va armando su imponencia hasta llevarla a su explicitación más notable. A mitad de camino, las aguas transitan por un paraje más calmado mientras el motif central se reacomoda para explayarse en un ambiente más cercano a lo melancólico. No se trata tanto de un viraje como de un replanteamiento de la mirada musical a fin de develar el aspecto reflexivo que la alegría también tiene. Este momento resulta crucial pues el epílogo de la pieza se sitúa claramente en una instancia serena, lo cual da un matiz ligeramente crepuscular a un fulgor que siempre fue permanente. ‘Ebb And Flow’ se emparenta más con el señorío esencial de la primera pieza a la par que le da un esplendor más rotundo. De hecho, cuando aún no llegamos a la frontera del segundo minuto, las cuerdas ya han instalado una cadencia entusiasta desde la cual se impulsa el dominio de lo extrovertido en el encuadre expresionista del bloque instrumental global. Los momentos más gráciles evocan imágenes de un atardecer primaveral, los más ostentosos aluden a un mediodía veraniego.

 

‘Autumn Sonata’ sí establece un hermanamiento más pleno con el espíritu de palaciega ceremoniosidad que antes apreciamos en ‘Prelude To A Million Years’. Su motif central exhibe una calidez ciertamente conmovedora a través de un talante que se siente predominantemente grisáceo. De todas maneras, siempre se abren algunos espacios para que el desarrollo melódico dé indicios claros de agilidad, y, de hecho, los cuidados aportes de las percusiones tonales son chispazos de jolgorio en medio de la sobria alegría que siempre para traslucirse en medio de la parsimonia reinante. A poco de pasado el límite del sexto minuto, se da un empuje de refulgencia al arreglo orquestal bajo la guía del corno: de este modo, se gesta un cautivador pasaje saltarín donde se produce un breve reinado del vitalismo en su más plena pureza expresiva: para ello, el apoyo coral resulta importante. Aunque las cosas pronto retornan a la serenidad inicial, la semilla ya está sembrada para que el recurso vitalista pueda resurgir en cualquier momento... y en efecto, eso ocurre durante el magnífico pasaje epilogar. Muy a lo ELGAR va el asunto, y nos encanta, en general casi como cualquiera de las dos piezas precedentes. Vale la pena contar la anécdota de que ‘Autumn Sonata’ tenía primero el título provisorio de ‘New And Old’ en alusión al hecho de que BANKS armó esta pieza uniendo una composición reciente con otra de hace muchos años y para la cual no había encontrado un lugar todavía: la sección vieja es la intermedia. Todo concluye con ‘Renaissance’, la pieza más consistentemente solemne del álbum, y también la que incluye la presencia más fuerte del ensamble dentro del integral aparato académico. El desarrollo temático se inicia etéreamente sobre una cadencia muy constreñida, haciendo que los pasajes más calmos fluyan con infinita fluidez mientras que los pocos momentos exaltados se edifiquen con sutil naturalidad. El título del tema invita a pensar en un vivaz salir a la luz tras una vida de oscuridad y muerte con la cual aquélla se contrasta, pero, dado el talante de la pieza, más bien parece que esta pieza pretende retratar el tránsito del misterio al empoderamiento que se da desde el mismo momento del renacer. Se refuerza esta intuición cuando la segunda mitad del desarrollo temático se deja inundar por una aureola optimista y fulgurosa: al final, resulta que lo solemne se deja empapar masivamente por este poderoso cariz optimista para dejar detrás de sí lo etéreo y lo ceremonioso. Es la pieza óptima para concluir esta serie de “Five”.


Se nota que TONY BANKS se está tomando con mucho entusiasmo esta fase actual de su carrera musical como compositor de cámara: nos atrevemos incluso a señalar que “Five” es el disco más notable que tiene hasta la fecha dentro del presente periodo. A lo largo del repertorio de este disco se da un despliegue muy inspirado y equilibrado de fastuosidades alternadas con pasajes reflexivos, piezas que muestran su suntuosidad de manera gradual y otras que la muestran prácticamente desde sus primeras instancias. No se trata de una simple excursión en la música académica por pura curiosidad, sino de una labor sesuda que rinde frutos musicales muy coloridos. Nos ha causado una muy grata impresión.



Muestras de “Five”.-

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