HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA
CÉSAR INCA.
En esta ocasión tenemos el gozoso momento para regresar a la villa de los hemisferios rockeros que el legendario trío canadiense RUSH visitó durante la concepción, grabación y producción de su sexto trabajo de estudio. Esa villa sonora se titula “Hemispheres” y es para muchos conocedores y fans de este portentoso trío canadiense su obra cumbre. Los sellos Anthem y Mercury publicaron a mediados de noviembre del año 2018 una edición deluxe de “Hemispheres” en formatos de doble CD y también en vinilo, además de una edición en caja Super Deluxe con doble CD, doble LP y Blu-ray. En cuanto a la salida al mercado del disco original, ésta tuvo lugar en el día 31 de octubre de 1978 tras haber pasado por laboriosas sesiones de grabación repartidas entre los Rockfield Studios (Monmouthshire, Gales del Sur) y los Advision Studios (Londres), en los anteriores meses de junio y julio. Justamente en el primero de estos estudios tuvo lugar la grabación del también glorioso “A Farewell To Kings”, el disco antecesor, lo cual era un indicio de que los Sres. Alex Lifeson [guitarras eléctricas y acústicas de 6 y 12 cuerdas, guitarra clásica, guitarra-sintetizador Roland, pedales Moog Taurus], Geddy Lee [bajos, voz, pedales Moog Taurus, sintetizadores Mini-Moog y Oberheim Polyphonic] y Neil Peart [batería, tímpanos, gong, glockenspiel, bloques de madera, carillones, arbolillo de campanas, cascabeles, crótalos] se sentían muy cómodos dentro de este nuevo ambiente a la hora de hacer discos. Bueno, ésa era la idea y en buena medida se cumplió, pero la grabación de este sexto trabajo de estudio de RUSH tuvo algunos problemas en sus instancias iniciales debido a que, a pesar del ímpetu creativo y el esplendor emocional que el éxito de “A Farewell To Kings” estimulaba en los corazones e intelectos de estos héroes del rock canadiense, resulta que el trío se encontraba sin ideas nuevas específicas para el nuevo álbum cuando llegó la hora de empezar a grabar el nuevo material. Incluso en el caso del instrumental ‘La Villa Strangiato’, destinado a ser uno de los ítems más emblemáticos no solo de la segunda tetralogía del grupo sino de toda su historia, los recuerdos de Lee y Lifeson difieren. El primero dijo en una entrevista del año 2015 que el trío había trabajado en dicha pieza que dura más de 9 minutos durante las pruebas de sonido y ensayos a través de la gira del “A Farewell To Kings”, mientras que Lee, en otra entrevista de un par de años después, señala que no fue tan así, que tan solo habían tocado algunos jams ocasionales pero que no tenían todavía un motif o un núcleo musical bien definido.
Bueno, dadas estas circunstancias, el trío
decidió alquilar una casa campestre durante tres semanas, una casa que quedaba
a tan solo tres millas de los Rockfield Studios, y aunque se avanzó bastante en
la creatividad, para el momento en que llegó el primer día de grabación en los
estudios, la suite homónima todavía no estaba debidamente completa... y en
especial se debía a la letra de Peart. Resulta que ‘Cygnux X-1, Book I’,
la canción que concluía el repertorio del álbum precedente “A Farewell To
Kings”, prometía que la historia habría de continuar. Lee y Lifeson sabían que
al menos un tema del nuevo disco iba a tener una estructura épica al estilo de
la suite de “2112” y su antecesor “Caress Of Steel”, e incluso que
tendrían que explorar ambientes y sonidos más oscuros y aguerridos que en los
discos precedentes. Esto último supuso una idea motivadora para ambos
compositores, aunque Lee acota que ya empezaba a hartarse un poco de las
composiciones de larguísimo aliento. Por su parte, Peart estaba enfocado en su
relectura del libro de Adam Smith Los Poderes de la Mente (Powers Of
Mind) y, a partir de su visión holística de la vida interior del ser
humano, desarrolló una narrativa sobre los conflictos entre los sentimientos y
los conceptos racionales. La cuarta sección de la suite, ‘Armageddon’, es
el centro medular de la narrativa. La banda siguió evolucionando en el impacto
de la música orquestal dentro de su armazón rockero que ya se había impulsado
desde el disco precedente; más percusiones para Peart, un nuevo sintetizador
para Lee aparte de su Mini-Moog, y algunas texturas de guitarra-sintetizador
para Lifeson. Lee se sintió inspirado para adquirir el Oberheim tras ver una
versión del mismo usado por el teclista de la banda de BOB SEGER. La
utilización del Oberheim en el estudio exigió una pesada labor extra de parte
del operador técnico Tony Geranios, quien se encargó de conectarlo a unos
pedales a fin de que Lee pudiese sacar mayor provecho del teclado.
Ocupando un espacio de poco más de 18 minutos, la suite ‘Hemispheres’ completaba toda la primera mitad del álbum. Su título oficial es en realidad ‘Cygnus X-1, Book II: Hemispheres’, pues se trata, como dijimos antes, de una continuación de ‘Cygnux X-1, Book I’. Allí donde Cygnus X-1 era un agujero negro que destruía a la nave espacial Rocinante con su tripulación, ahora se convierte en el nombre de la divinidad olímpica cuya misión consiste en dirigir y gestionar el equilibrio entre Apolo y Dioniso, los Dioses de la Razón y del Amor, cada vez que ellos entren en conflicto. La noción subyacente a esta extrapolación literaria es que en el Dios Cygnus cohabitan la energía de la estrella negra y los espíritus de los tripulantes muertos que, de alguna manera, renacieron en el más allá. Ella queda explícitamente establecida en la última estrofa de la cuarta sección de la suite: “Some who did not fight brought tales of old to light. / My Rocinante sailed by night on her final flight. / To the heart of Cygnus’ fearsome forcé we set our course. / Spiralled through that timeless space to this immortal place.” Este viraje de lo cósmico a lo teogónico es explicado por Peart en términos de simbología religiosa referida a las dimensiones psicológica y social de los seres humanos. En sus propias palabras, “el equilibrio entre el intelecto y la pasión debe elaborarse en el interior de los individuos para que sus repercusiones constructivas se sientan”. Así las cosas, el ideario de ‘Hemispheres’ comienza con ‘Prologue’, sección casi totalmente instrumental cuya función principal es la de anticipar varios motivos a ser desarrollados en las cuatro siguientes secciones: ello le da un ímpetu orquestal al asunto. De hecho, las variadas esquematizaciones rítmicas y las versátiles focalizaciones melódicas obligan a esta síntesis prologar a encapsular su garra dentro de un vitalismo ostentoso. Las secciones ‘Apollo (Bringer Of Wisdom)’ y ‘Dyonisus (Bringer Of War)’ son simétricas en sus estructuras temáticas, las cuales ostentan una garra bastante sofisticada sobre bases rítmicas complejas y variadas, además de tener sus respectivas incursiones breves en climas suaves en medio de la imperante robustez rockera. El poderoso solo de guitarra de ‘Apollo’ sirve para armar el cierre de la sección con miras al arribo de ‘Dyonisus’ y, de paso, para darle un fulgor renovador a la arquitectura musical del momento. También hay una simetría narrativa en las letras pues las mudanzas sirven para exhibir y celebrar las bondades propias de la potestad de cada una de las divinidades antagonistas (la luz y la lucidez intelectual de uno, la pasión y el incansable ansia de libertad de otro), mientras que los estribillos señalan los pérfidos inconvenientes de ser regido por solo uno de ellos. Los seguidores de Apolo sienten sus vidas vacías y estériles dentro de sus arquitectónicas ciudades, mientras que los seguidores de Dioniso, cansados de tanto festejo embriagado, terminan perdidos e indefensos en la intemperie. Si bien la letra de la suite le tomó varios días a Peart, se sintió cómodo asumiendo el reto de realizar una narración simbólica en términos cósmicos de la dualidad humana mente-corazón, mientras que la letra de ‘The Trees’ le vino en un arranque de inspiración de unos minutos tras ver una caricatura animada de árboles que se comportaban como tontos: ¿Y si los árboles se comportaran como la gente? La pregunta se respondió así: con ganas de pelear y con inclinaciones conformistas... y así nació la letra.
Ya en el desarrollo y asentamiento de la cuarta sección, ‘Armageddon (The Battle Of Heart And Mind)’, el grupo elabora un groove un poco más tenso, sin dejar de expandir la arquitectura melódica que se impulsa a lo largo y ancho de la suite. La letra expone el caos, tanto colectivo como introspectivo, que causa tanto el hecho de que se divorcien la razón y la pasión como el hecho de que ambas instancias se conviertan en banderas ideológicas en un contexto de beligerante conflicto (“Some fought themselves, some fought each other. / Most just followed one another. / Lost and aimless like their brothers, / For their hearts were so unclear, / And the truth could not appear. / Their spirits were divided into blinded Hemispheres.”). La penúltima sección ha de resolver el desarrollo musical de la suite, así como plantear en su letra la victoria del equilibrio por encima del interés del triunfo de una de las dos escuadras combatientes, las cuales solo tienen la alternativa de hermanarse a través de sus mutuas diferencias bien establecidas. ‘Cygnus (Bringer Of Balance)’ es anticipada por los cuatro acordes de guitarra que habían servido de mantra en el fade-out de la suite que cerraba el disco precedente, abriendo paso a flotantes y minimalistas capas de sintetizador bajo los cuales laten un par de citas de la susodicha suite final de “A Farewell To Kings”. El suave canto inicial de Lee, centrado en el carácter informe de los espíritus transfigurados de las víctimas del agujero negro, se beneficia de la flotante densidad que surge cuando la guitarra-sintetizador Roland se une al sintetizador Oberheim. El vigor rockero vuelve al frente con todo su fuego cuando el relato pasa a narrar el diálogo entre los dioses protagonistas y esta nueva entidad que recién está descubriéndose como una nueva divinidad del Olimpo. En fin, Dioniso y Apolo llegan al acuerdo de bautizar a Cygnus y designarle la función de sostener el equilibrio entre la mente y el corazón. El jam que cierra esta sección exuda un aura de satisfacción que se condice con el aire de final feliz del relato. Al modo de una mágica ruptura con todo lo hecho previamente emerge la miniatura acústica en clave pastoril ‘The Sphere (A Kind Of Dream)’, la sexta sección de la suite que le ha de dar cierre. Con una sobria logística de dos guitarras acústicas y un Mini-Moog, el bello motivo central se completa con el suave canto de Lee. A despecho de lo efímero que es este epílogo, la envolvente hermosura de sus coordenadas melódicas nos cautiva por vía de sus huellas en nuestra memoria. El emotivo clamor por ejercer una sana atención y una sensible disciplina para el equilibrio entre lo racional y lo pasional se expresa hermosamente en la estrofa final: “Let the Truth of Love be lighted, / Let the Love of Truth shine clear. / Sensibility, armed with sense and liberty, / With the Heart and Mind united in a single perfect Sphere.”
‘Circumstances’ es la canción más breve del álbum, estando a cargo de abrir el lado B, y, de hecho, fue el último ítem que se grabó para el álbum. Con letra de Peart inspirada en su periplo en Londres durante su temprana veintena, esta canción que no llega a completar los 3 ¾ minutos de duración tiene una estructura muy compleja y variada en su ingeniería rítmica, además de un drástico cambio de ambiente en su intermedio instrumental que nos recuerda al estándar de GENESIS con esas cuidadas escalas de guitarra y sintetizador, meticulosamente ornamentadas con el glockenspiel. Su desarrollo temático explora esquemas melódicos con gancho, pero la inteligente manera de elaborar su propio talante progresivamente sofisticado dentro del espacio que se le otorga la convierte en una joya de canción que, lamentablemente, no ha sido tocada por el grupo muchas veces. Aunque fue concebido como la canción corta y concisa que habría de equilibrarse con otras canciones más ambiciosas del álbum, el hecho es que su estructura versátil la convierte en algo mucho mayor que una simple canción de relleno. En oposición a esta canción, ‘The Trees’ ha sido un referente fijo en muchas giras de RUSH, y cada vez que era recuperada en algunas de las últimas giras que hizo el trío, era recibida por el público con ardiente entusiasmo. Se trata de una fábula sobre los peligros y venenos del conformismo y la mediocridad, los cuales son continuamente reforzados por los modelos morales y estándares de la sociedad, la cual prefiere promover facsímiles de sus falsos prototipos en vez de promover lo excepcional y lo original. He ahí el sentido de los reproches y clamores de represalia para con los robles de parte de los maples: “The trouble with the maples / - And they’re quite convinced they’re right - / They say the oaks are just too lofty / And they grab up all the light. / But the oaks can’t help their feelings / If they like the way they're made, / And they wonder why the maples / Can’t be happy in their shade” – “There is trouble in the forest / And the creatures all have fled / As the maples scream / And the oaks just shake their heads.” La canción comienza con un preludio de guitarra clásica al estilo barroco, uniéndose pronto el bajo al modo de un cello que rellena algunas puntualizaciones armónicas ya trazadas por la guitarra. El potente cuerpo central suena muy a lo LED ZEPPELIN con ribetes Yessianos, ribetes que parecen acentuarse durante la sección intermedia, la cual pasa de un momento sereno con predominio de un solo de Mini-Moog a otro más altivo con la marca de un fascinante y electrizante solo de Lifeson. Peart, por su parte, no es tímido a la hora de mostrar su solvencia tanto en el uso de los ornamentos percusivos como en el asentamiento de un muy pulido armazón rítmico. Así las cosas, la canción aterriza naturalmente hacia su esplendoroso golpe final, coronado con irónicos efectos de sonido de sierras que van cortando árboles. ‘Circumstances’ y ‘The Trees’ aparecieron en el single promocional del álbum, siendo aquél el lado A en Canadá y éste en los EE.UU. ‘Circumstances’ volverá a aparecer en un single en 1980, esta vez como lado B de ‘The Spirit Of Radio’, el gran hit extraído del siguiente LP “Permanent Waves”.
El punto final del álbum es realmente monumental y no puede ser de otra manera cuando nos referimos al instrumental de poco más de 9 ½ minutos ‘La Villa Strangiato’. La estructura polivalente de esta muy ambiciosa pieza se traduce en un genial viaje por varios pasajes donde lo que predomina es el punche rockero pero donde se apuesta por el ensamblaje incansable de atmósferas diversas, e incluso abiertamente contrastadas entre sí. El grupo se tomó la molestia de designar doce secciones específicos con sus respectivos títulos: ‘Buenos Nochas, Mein Froinds!’, ‘To Sleep, Perchance To Dream...’, ‘Strangiato Theme’, ‘A Lerxst In Wonderland’, ‘Monsters!’, ‘The Ghost Of The Aragon’, ‘Danforth And Pape’, ‘The Waltz Of The Shreves’, ‘Never Turn Your Back On A Monster!’, ‘Monsters! (Reprise)’, ‘Strangiato Theme (Reprise)’ y ‘A Farewell to Things’. Mucho humor se invirtió en esta labor “poética”, ¡es que es evidente! Vemos aquí una mezcla de mal español y mal alemán, el empleo de uno de los apodos de Lifeson en el título de la cuarta sección, e incluso el par de alusiones al legado literario de SHAKESPEARE se hace con intención chistosa; además, tenemos el subtítulo ‘(An Excercise In Self-Indulgence)’ como una autorreferencia que hace el grupo para ensalzar sus propias pretensiones progresivas mientras no se toma tan en serio como para caer en una rampante y vacua pedantería. El primer prólogo consiste en un breve solo de guitarra clásica que emplea unas iniciales tonalidades impresionistas que inesperadamente arriban hacia una cascada aflamencadas, siendo así que se abre la puerta a un segundo prólogo de talante cósmico (casi Floydiano) donde las monótonas escalas de la guitarra eléctrica sostienen las capas y sobrias armonías de los sintetizadores, siendo estas últimas puntualizadas por medidos toques de glockenspiel. Poco a poco, pero sin tomarse mucho tiempo, el terreno está cimentado apropiadamente para el tema central, que es un motivo jazz-rockero encendido por un guitarreo muy pesado, el cual se las arregla para no malograr la elegancia del momento con su garra. El sutil pasaje de talante arábigo en 7/8 que sigue a continuación es el telón de fondo para uno de los más fabulosos solos de Lifeson en toda su vida: ‘A Lerxst In Wonderland’ es un pasaje con personalidad muy propia dentro de la secuencia global. De ahí en adelante, el grupo se dispone a ahondar en su ágil y amena mezcla de jazz-rock, sinfonismo y rock pesado, incluyendo algún breve motif en clave de blues-rock al modo de LED ZEPPELIN. Los tres músicos se divierten haciendo gala de sus virtuosismos individuales dentro de un foco muy bien definido, y además tenemos otro gran solo de Lifeson (más breve y fiero), además de un excelso solo minúsculo de bajo que ensalza el buen humor general de esta magna pieza. Las secciones ‘Monsters!’ y ‘Monsters! (Reprise)’, cabe acotar, son adaptaciones de la composición Raymond Scott ‘Powerhouse’, una pieza de jazz de los años 30 que se hizo muy popular en varias caricaturas animadas de la Warner Bros. RUSH agradece explícitamente a Scott su inspiración en los créditos del álbum. ¡Qué tremenda forma de cerrar el disco con un golpe de efecto en clave jazz-rockera!
En lo referente a los detalles significativos y las anécdotas reveladoras de la época que comprende la creación, la grabación y la intensiva promoción de “Hemispheres”, hay varias cosas interesantes que salen a relucir en el librillo de esta reedición aparte de las cosas que ya hemos señalado en los dos primeros párrafos de la presente retrospectiva. Podemos añadir que el “concepto” detrás de ‘La Villa Strangiato’ es la cantidad de sueños raros que tenía Alex Lifeson y que él disfrutaba de contar a sus compañeros de grupo (mientras ellos estaban dispuestos a soportárselo, ja, ja, ja...). Bien es verdad que Lee y Peart no querían ocultar lo mucho que escuchaban jazz-fusion en esa época, y Lifeson seguía con su hábito desde dos años atrás de escuchar mucha música clásica, por lo que esta idea tonta era solo un pretexto para componer algo seriamente complejo y con una duración considerable. En cuanto al diseño y el dibujo de la portada, el colega de toda la vida Hugh Syme se hizo cargo de todo ello coincidiendo con Peart en rendir tributo al maestro surrealista RENÉ MAGRITTE en la personificación de la Razón, mientras que su antagonista se mostraría desvestido de toda convención. El dibujo de tres cerebros simboliza al trío mismo. Pero, a fin de cuentas, lo más revelador de esta reedición está, sin duda, en el volumen 2, el cual contiene la participación de RUSH en el Pinkpop Festival, organizado en el Burgermeester Damen Sportpark de Geleen, Países Bajos, día 4 de junio de 1979. Fue la última actuación de esa gira. Bueno, en realidad, la actuación aparece casi entera, pues el grupo incluyó en su repertorio la suite ‘2112’ (omitiendo la quinta sección) e inició su participación con ‘Anthem’, pero la emisión radial del evento de donde se extrajo este registro no incluyó a esta canción de entrada, y además, ciertos problemas con el cambio de cintas hizo que se omitieran las dos primeras secciones de la mencionada suite. Por ello, para esta reedición se tomó la ejecución de la susodicha suite registrada en un concierto del 20 de noviembre de 1978 en el Community Center de Tucson, Arizona. Lo primero que escuchamos de estos documentos en vivo es ‘A Passage To Bangkok’, canción con mucha fibra y un interesante tránsito a 7/8 en su interludio instrumental. Cuando llega el turno de la fabulosa dupla de ‘Xanadu’ y ‘The Trees’, el trío exhibe un pleno testimonio de esta fase tan pletóricamente fastuosa de su visión musical. Solo el epílogo acústico de la suite ‘Hemispheres’ aparece aquí, siendo su función la de servir de prólogo para la archiconocida canción ‘Closer To The Heart’, haciénsose la conexión a través de una línea de Mini-Moog. Para cuando llega el turno de ‘La Villa Strangiato’, el trío alcanza su pináculo de esplendor progresivo tras las poderosas huellas de ‘Xanadu’ y ‘The Trees’; la apertura con guitarra eléctrica suena un tanto Hendrixiana, algo muy útil para aprovechar el fragor inherente al contexto de un escenario en vivo. El final del evento llega de la mano de la tríada de ‘In The Mood’ , un electrizante solo de batería y ‘Something For Nothing’: algo muy cañero alimentado con incesantes vibraciones explosivas. Con el plus de la suite ‘2112’, se completa el cuadro de hierro y fuego. Al igual que en el caso del festival neerlandés, se hace notar mucho el entusiasmo del público ante la exhibición de poderoso y señorial rock que tiene frente a sí. Siempre fue un grupo carismático y ya se encontraba en una fase en la que su público de culto crecía sin parar.
Todo esto fue lo que se nos brindó en esta estupenda reedición de 40mo. aniversario de “Hemispheres”, una obra fundamental dentro del extenso legado de RUSH. Desde la perspectiva del tiempo, vemos al trío poniendo todo su vigor, cada vez más robusto y maduro, en los escenarios donde se realizó la larga gira de promoción de “Hemispheres” en un lado y otro del Océano Atlántico. Incluso hubo algunos conciertos en los que tocaron íntegramente las suites ‘Cygnus X-1’ y ‘Hemispheres’. Así como “Hemispheres” fue un álbum difícil de grabar – y de cantar, como admite también Lee – el grupo estaba en posición de erigirse como una fuerza suprema y contundente dentro de la escena rockera de esos tiempos. Justo eso era lo que encarnaba el trío de Lee. Lifeson y Peart en ese momento, un referente de fuerza elegante y contundente para el ideal del rock como arte. Con todo, a pesar de estar contentos con el nivel de creatividad y la vitalidad multicolor que los RUSH habían llegado a concretar sólidamente en esta primera mitad de su segunda tetralogía, para cuando llegó el año 1979 y todavía quedaban algunos meses de conciertos en su agenda, los músicos sentían que con un tercer disco que contenía una suite de una cara entera (el primero fue “Caress Of Steel” y el segundo fue “2112”) y, además, teniendo varios ítems de temática ciencia-ficcional y mitológica en su repertorio, el grupo sintió que se hallaba demasiado cómodo en su palacio de grandilocuencias musicales y vuelos intelectuales. En palabras del propio Lifeson: “Hasta el día de hoy pienso que ‘La Villa Strangiato’ está entre las mejores cosas que hemos hecho en toda nuestra carrera, pero tras hacer este disco, teníamos la sensación de que nos estábamos volviendo un poco predecibles.” Añade Lee: “La pieza titular era una suite que ocupaba todo un lado del disco. En cierto sentido, era una versión diferente de ‘2112’. Las notas eran diferentes, la narrativa era diferente, pero en cuanto a lo estructural, teníamos la sensación de que nos estábamos repitiendo. Así, llegamos a la conclusión de que eso no era saludable para nosotros. Necesitábamos escapar de esta forma de hacer las cosas. Necesitábamos una nueva dirección y la encontramos en “Permanente Waves”, nuestro siguiente disco.” Peart, por su parte, diagnostica la ilación de “A Farewell To King” y “Hemispheres” como un periodo determinado de la banda: “Fue con “A Farewell To Kings” donde empezamos a experimentar mucho con texturas, y llevamos eso a su apogeo absoluto con “Hemispheres”. Y después de eso, decidimos que ya no seguiríamos haciendo eso más, que ya no queríamos continuar con este enfoque de arreglos pomposos.” En cuanto al nivel de éxito comercial de “Hemispheres”, éste tuvo más ventas que el disco predecesor en los EE.UU. y en Europa, al contrario que en Canadá. Aun así, en su país natal, el grupo recibió por segundo año consecutivo el premio al Grupo del Año en los Juno Awards, en marzo de 1979. La banda no solo quería tomarse su tiempo para repensar la orientación artística de sus ambiciones musicales, sino también una jornada de vacaciones bien merecidas tras las sucesivas creaciones y grabaciones de discos crecientemente complejos, más sus respectivas giras de promoción. No fue hasta fines del año 1979 que el grupo volvió a trabajar en la composición del siguiente disco de estudio (“Permanent Waves”) y quedarse en su país natal para grabarlo. Pero eso será asunto de otra retrospectiva: por lo pronto, ésta termina con palabras de enorme agradecimiento a RUSH por habernos brindado esta gema intemporal que es “Hemispheres”, una de las obras progresivas más brillantes y poderosas de la segunda mitad de los 70s.
Muestras de “Hemispheres”.-
Cygnus X-1 Book II: Hemispheres: https://www.youtube.com/watch?v=J3AJUjtWTgc
The Trees [video-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=JnC88xBPkkc
La Villa Strangiato (An Exercise In Self-Indulgence): https://www.youtube.com/watch?v=hf1vcikHMWo
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