HOLA, AMIGOS DE
CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA
CÉSAR INCA.
Hoy nos complace enormemente poder hablar en tiempo presente de esa entidad musical belga llamada AKSAK MABOUL, la cual, bajo el liderazgo del teclista-vientista-percusionista Marc Hollander, fue una de las figuras predominantes dentro de la persistencia del rock progresivo vanguardista (mal llamado rock-in-opposition) en la Europa Continental a fines de los 70s. Decíamos que hablamos de esta entidad en tiempo presente porque el grupo, ahora centrado en torno al dúo de Hollander y Véronique Vincent (otrora vocalista de THE HONEYMOON KILLERS), ha resucitado con fuerza hasta el punto de tener un disco nuevo en su currículum: “Figures”, publicado en doble CD y en el blog de Bandcamp de la banda el pasado 22 de mayo. Poco después se concretó la edición en doble vinilo por vía del sello de Hollander Crammed Discs, al igual que el doble CD. En total, el material ocupa un espacio de 75 ½ minutos. “Figures” contiene una copiosa cantidad de 22 piezas: hay figuras sónicas de todos los colores y expansiones en el repertorio de este disco, desde miniaturas de menos de medio minuto (hasta un cuarto de minuto) hasta otras piezas más desarrolladas que oscilan entre los espacios de 4 ¼ minutos y 8 ½ minutos. La principal conexión de este disco con la primera etapa de AKSAK MABOUL es con el primer disco “Onze Danses Pour Combattre La Migraine” (1977), aunque hay mucho más que un ejercicio de nostalgia calculada aquí. De hecho, estos resucitados AKSAK MABOUL adoptan modismos y trucos del jazz contemporáneo, el avant-prog de las dos últimas décadas (a veces hallamos confluencias con grandes nombres como RASCAL REPORTERS y THINKING PLAGUE), el jazz-prog, retorcimientos Zappianos y pop psicodélico a través del exhaustivo repertorio de este álbum. En concreto, los reformados AKSAK MABOUL conforman un quinteto nuclear que se completa con Faustine Hollander [bajo, guitarras acústica de 12 cuerdas y eléctrica, y voz], Lucien Fraipont [guitarras] y Erik Heestermans [batería y percusiones]. La lista de colaboradores es larga e incluye varios nombres insignes dentro de la amplia tradición del rock experimental: Michel Berckmans (fagot), Steven Brown (voz), Fred Frith (viola y guitarra), Julien Gasc (voz y sintetizador), Audrey Ginestet (coros y grabaciones de campo), Benjamin Glibert (guitarra y coros), Jordi Grognard (clarinete, clarinete bajo y flauta), Martin Méreau (batería, vibráfono y percusión), Jean-François Jones Jacob (tabla), Martin Méreau (batería, percusión y vibráfono) y Sebastiaan Van den Branden (guitarra y percusión). Sí, hemos detectado en esta nutrida lista a ilustres veteranos asociados a UNIVERS ZERO, HENRY COW y MACHINE MASS TRIO. El propio Marc Hollander, aparte de dedicarse a sus aportes habituales de teclados, clarinete, clarinete bajo y saxofón alto, también tocó ocasionalmente el bajo, la guitarra y algunas percusiones. La grabación de todo este material contenido en “Figures” tomó bastante tiempo, y además se extendió en varios estudios: Maboul Manor, Les Ateliers Claus, Pyranide y Mont De Piété. El ulterior proceso de masterización tuvo lugar en el estudio parisino de La Source Mastering. Bueno, vayamos ahora al repertorio mismo de este doble álbum, ¿vale?
Hay figuras sónicas de todos los colores y expansiones en el repertorio de este disco, desde miniaturas de menos de medio minuto hasta otras piezas más desarrolladas que oscilan entre los espacios de 4 ¼ minutos y 8 ½ minutos. De hecho, la pieza de cierre es la más extensa. Todo comienza con la dupla de ‘Among The Naeporu’ y ‘C’est Charles’, la primera, una miniatura colorida y ágil donde se da un contrapunto entre el teclado y el clarinete, la segunda, una canción psicodélica que se sitúa a medio camino entre el nu-jazz y una modalidad sombría de Canterbury. La caja de ritmos aporta un aire mecanizado al asunto mientras que las florituras de piano eléctrico crean un recursos de exquisitez; el canto asume todo el tiempo un aura de majestuoso misterio. ‘Taciturne’ cumple con la función de hacer un viraje hacia un entramado y una atmósfera guiados hacia lo extrovertido y lo grácil, siendo así que el agradable desarrollo temático va transitando desde expresividades razonablemente contenidas hasta otras un poco más robustas. Cuando el canto entra a tallar, la trama musical se complica hasta abrirse a desafiantes juegos disonantes que tienen algo de Zappiano. Un temazo que se erige como el primer cénit del álbum. No fue nada taciturna esta canción a despecho de su título, pero sí lo es un poco ‘Silhouettes’, además de un poco distante y ceremoniosa. Tras el ímpetu fulguroso de ‘Taciturne’, el ensamble de AKSAK MABOUL nos regaló un retrato sonoro de climas noctámbulos que parecen esconder algo inescrutable tras su manto oscuro. ‘True, False, Fictive’ es básicamente una pieza solista de piano apoyada sobre un trasfondo de conversaciones en un bar, pero un extraño viraje sutilmente denso en el tramo final anuncia el arribo de ‘Histoires De Fous’, una canción alegre que de inmediato despeja toda niebla densa que amenazaba con inundar el ambiente para explayarse sobre un groove animado. A través de la pretendida apariencia de inocencia popera que parece imponerse a través del desarrollo temático se muestra un aura traviesa a través de la cual se entrevé una espiritualidad galantemente insolente. Al final, algo parece estar difuminándose cuando la coda proyecta un breve recurso de indescifrable languidez. Un dinamismo muy bien logrado el de esta canción. ‘Sophie La Bévue’ es una breve balada jazzera con piano, armonio y voz, muy ceremoniosa, muy encerrada en torno a su propia delicadeza expresiva.
‘Formerly Known As Défilé’ es un colorido viaje instrumental donde el sereno vitalismo generado por la deliciosa amalgama de teclados y vientos se alimenta adecuadamente del swing sintético de la caja de ritmos. Los ulteriores ornamentos de guitarra ayudan a acrecentar el vigor expresivo en curso. Tal vez es nuestro instrumental favorito de todo el álbum. ‘How Should One Read A Book?’, por otro lado, es un ejercicio de dadaísmo puro donde la táctica del caos destructivo es empleada efímeramente como un inteligente truco disruptivo. ‘Spleenétique’ sigue en buena medida la senda de intrigante y misteriosa vivacidad de ‘Histoires De Fous’, pero con una estructuración más ambiciosa respecto a las modalidades progresivas que se dan respecto a la ingeniería rítmica y las variantes de ambiente. Sin duda, aquí hallamos confluencias con la línea de trabajo de THINKING PLAGUE, y también percibimos algunas vibraciones cósmicas en ciertos fraseos de guitarra que dirigen lo pasajes más tensos de esta estupenda canción. Otro momento culminante del disco, no cabe duda. ‘Sgraffites’ es un collage futurista y arcano que tiene algo de Lynchiano (a lo Eraserhead), semejante a los artificios deconstructivos de HENRY COW durante su etapa 74-75. ‘The Untranslatable’ es la pieza de minuto y medio que se encarga de abrir el segundo volumen de “Figures”. En lo poco que dura ocurre mucho: primero hay un preludio sereno de carácter impresionista, y luego hay una proyección electrónica afín al patrón de HARMONIA… y el gancho de este último momento dura demasiado poco porque hay que abrir campo a la dupla de ‘Retour Chez A.’ y ‘Dramuscule’. El primero de estos temas mencionados sigue explorando el perfil más ligero del ensamble; el motif es amable y grácil, aunque no exento de algunos momentos un poco más grisáceos que aportan un interesante recurso de variedad al asunto. La adición del violín en los últimos momentos añade un color muy especial a la paleta sonora integral. Por su parte, ‘Dramuscule’ establece un extravagante ejercicio de tecno-pop discotequero donde el canto es reemplazado por un diálogo y los vientos ocupan el rol protagónico dentro del armazón instrumental. ¿Puede alguien imaginarse una canción del primer álbum de SOFT CELL que recibe un tratamiento deconstructivo de parte de una asociación de músicos de CLUSTER y ART BEARS? Pues así es la cosa. De paso, es muy simpática la inserción de la línea en español “Los sueños, sueños son” en medio del diálogo.
‘Excerpt From Uccellini’ exhibe un minúsculo ejercicio de tensiones enclavadas entre golpes percusivos asertivos y psicodélicos armazones de teclado. Por su parte, ‘Un Caïd’ es otro ejercicio de pop extrovertido e inteligentemente sofisticado. ‘Martial Arts For Boys’, ‘Un Certain M.’ e ‘Ins Bleistiftgebiet’ conforman una cadena de piezas breves que transitan de lo dadaísta a lo surrealista con matices sombríos, y de allí a lo celestial con afinidades krautrockeras. ‘Fatrasie Pulvérisée’ es una canción sobria y serena que ostenta algunos indicios de jovialidad en ciertos arreglos de clarinete y teclado. ‘Qu’est-ce Que C’est “Mot”?’ es otra pieza en clave de balada jazzera, con un matiz satírico bastante acentuado. Como dijimos en el primer párrafo de la presente reseña, ‘Tout A Une Fin’ es el tema más extenso del disco y también es el que le da cierre. El cariz recurrente de su núcleo temático es ostensiblemente grisáceo y el groove a medio tiempo permite que la patente espiritualidad inquietante inherente al mismo se explaye con señorial resolución. Los múltiples teclados utilizados aquí arman un colorido ambicioso que llega a un nivel de crescendo envolvente y contundente mientras la pieza se aproxima a su final. Un soliloquio acompaña a esta acción postrera a fin de darle un raíz solemne al epílogo. Todo esto fue el catálogo de “Figures”, el disco que magníficamente nos devuelve a AKSAK MABOUL a la línea de frente de la vanguardia musical del nuevo milenio. Este retorno a la escena fonográfica es muy aplaudido por nosotros, así como lo ha estado siendo desde hace varios meses en diversas redes dedicadas a la difusión del rock progresivo y experimental. ¡Miles de millones de gracias por resucitar este enclave de exquisita y atemporal vanguardia, gente de AKSAK MABOUL!
Muestras de “Figures”.-