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Hoy es el turno de presentar al trío finlandés FOG LIGHT y su cuarto álbum de estudio, el cual se titula “Sign” y sucede al ítem precedente “New Element” por un año y cuatro meses. Más exactamente, este nuevo álbum se publicó a inicios de diciembre del pasado año 2020 por vía del sello Inverse Records, y supuso un importante paso adelante para la propuesta de jazz-rock con talante eclécticamente progresivo que el trío tiene como su estandarte estético. Este ensamble conformado por Jarmo Pikka [batería], Saku Hakuli [guitarras] y Pasi Hakuli [bajo y teclados] ha realizado aquí un disco poderoso, inundado de vigor y dinamismo por doquier, centrado en el paradigma del jazz-rock con referencias claras a los paradigmas de TRIBAL TECH, ALLAN HOLDSWORTH y NIACIN, más algunos avatares progresivos aprendidos de KING CRIMSON y LIQUID TENSION EXPERIMENT. En cierto sentido, la línea de trabajo de esta agrupación escandinava va en paralelo con los de otros ensambles como COUNTER-WORLD EXPERIENCE, SOFTEN THE GLARE y SPECIAL PROVIDENCE. Si en su momento, el celebrado “New Element” encarnó una señal clara de maduración sólida para la visión musical de FOG LIGHT, “Sign” es el manifiesto del refuerzo de dicha maduración en pos de instaurar una nueva crónica dentro del variopinto mundo del jazz-rock de nuestros tiempos. Repasemos ahora los detalles del repertorio contenido en este enérgico disco, el mismo que, adelantamos, nos ha causado una muy buena impresión.
La dupla de ‘Aamu Nousee’ y ‘Mitä Jos’ pone las cosas en marcha con convicción y sólida expresividad. El primero de estos temas, tras un inicio de talante sigiloso y con un calculado registro de expresividades robustas, termina instalando un cuerpo central caracterizado por una musculatura sobria sobre un compás constreñido y ceremonioso. Dentro de un enfoque sonoro que coquetea con el punk-jazz, la atmósfera general se acerca someramente al estándar del stoner. El segundo de estos temas apuesta por un swing más explícito y un esquema rítmico más sofisticado, obligando al trío a explorar con sistemática persistencia su faceta más propiamente extrovertida. A través del llamativo desarrollo temático, hay algunos pasajes asentados sobre inteligentes juegos de síncopas, así como hay otros más ligeros donde se impone un groove funk-jazzero. ‘Unessa Ei Voi Huutaa’, el tercer tema del álbum, se caracteriza por exhibir una atmósfera un tanto misteriosa, hasta árida, dentro de un bloque sonoro relajado que se acerca a lo introspectivo; solo al final se ponen las cosas en un plan más robusto y contundente. Las asertivas líneas del bajo a veces elaboran unas vibraciones pulsátiles y otras veces acompaña ciertas virguerías de la guitarra. La aparición del sintetizador en algunos pasajes estratégicos añade un momentáneo tenor progresivamente cósmico al asunto. Por su parte, la batería sabe llenar espacios y crear ornamentos exquisitos dentro del groove mayormente calmado sobre el que se instaura este tema. Tenemos aquí uno de los temas más ingeniosos del repertorio, logrando completar el clímax conquistado por el tema precedente a pesar de tener un espíritu totalmente distinto. La cuarta pieza del álbum se titula ‘Koranilma’ y despliega una luminosidad señorial donde reinan la extroversión y el júbilo. Casi parece que está diseñada para hacer contrapeso frontal a la que estuvo antes, pues la aureola expresionista que hila todas las variantes temáticas en curso nunca deja de ser fulgurosa, ni siquiera en los pocos momentos más tirados hacia lo otoñal. ‘Kuunsilta’ sigue fielmente la senda trazada por ‘Mitä Jos’ mientras le da un enfoque más liviano al asunto. La sencillez estructural del cuerpo temático emite un aura entrañable; los ocasionales ornamentos de sintetizador añaden un matiz ensoñador.
‘Vyöhyke’ crea una atmósfera medio Crimsoniana para insuflar algo de neurótica magnificencia a su núcleo temático, el cual se basa en una fabulosa y electrizante mezcla de jazz-rock y psicodelia pesada de talante progresivo. Vitalista y distante a la vez, esta pieza crea un aura majestuosa en torno a sus sofisticados grooves y los punzantes riffs de la guitarra. Así las cosas, ‘Lainauni’ se enfoca en la gestación de una combinación de los aspectos sereno y aguerrido del trío. La tríada de ‘Säätyyppi’, ‘Jazzifisti’ y ‘Tanssivat Valot’ da conclusión al álbum, ocupando un total colectivo de 14 ¾ minutos. ‘Säätyyppi’ sigue por el terreno del jazz-rock con base funky y musculatura decisiva en los guitarreos, un encuadre sonoro que será reiterado de inmediato en ‘Jazzifisti’. De hecho, aquí se da una capitalización notoria de esta estrategia, pues algunos pasajes están genuinamente signados por una pesadez rockera. En fin, ‘Tanssivat Valot’ (el tema más largo del disco con sus poco menos de 6 minutos de duración) desarrolla una vitalista síntesis entre la energía expresiva del tema #8, la aureola misteriosa del tema #6 y la dimensión serena de la banda. La ingeniería temática es muy precisa, siendo así que las atmósferas de los teclados resultan muy relevantes para el bloque general. En este contexto, la excelsa labor de la batería está para darle un empuje especial a la pieza, además de algunos oportunos recursos de complejidad. Todo esto fue “Sign”, un disco diseñado para transmitir una nueva señal de vitalidad para el escenario actual del jazz-rock, tanto a nivel europeo como mundial. La gente de FOG LIGHT ha hecho un trabajo bordado en la secuencia de 10 temas que completan el repertorio de este álbum y merece todos los elogios por ello.
Muestras de “Sign”.-
Unessa Ei Voi Huutaa: https://foglight1.bandcamp.com/track/unessa-ei-voi-huutaa
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