HOLA, AMIGOS DE CERCA DE LA ORILLA, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Tenemos más buenas noticias desde el escenario prog-metalero argentino, y éstas vienen de la mano del trío 2112 con su nuevo disco bajo el brazo: “Nuestro mejor fracaso”. Publicado a inicios de marzo pasado, este ítem conforma el quinto trabajo de estudio de esta veterana y aún firme personalidad de la escena rockera del país de Cortázar y Sábato... bueno, y el país de Benedetti también, pues el bajista de los dos últimos discos es de origen uruguayo. Juan Tambussi [guitarras], Sergio Moscatelli [batería] y Gabriel Costa Ferraro [bajo y voz] se hicieron esperar con esta nueva entrega tras los 8 años que pasaron desde la publicación del álbum precedente, el excelente “El maravilloso Circo De Los Hermanos Lombardi”. Pues bueno, resulta que la espera valió la pena pues “Nuestro mejor fracaso” nos vuelve a agitar con el acostumbrado paradigma de combinación de fuerza y exquisitez de 2112, a la par que se van añadiendo matices frescos al asunto. Nos podemos atrever tal vez a afirmar que incluso supera al disco antes mencionado en cuanto al despliegue de riqueza musical, pero mejor dejamos este veredicto para todos los que vayan escuchando el disco mientras avanza el tiempo. Si en el mencionado disco anterior, el grupo operó como cuarteto con un integrante a cargo del canto, ahora es Gabriel Costa quien se hace cargo de esta función junto a su inseparable bajo colgado de sus hombros, por lo que el grupo regresa a su clásico formato de trío sin ningún inconveniente. Eso sí, para el último tema del disco, Martín Núñez aportó intervenciones vocales adicionales. Norberto Villagra dirigió los procesos de grabación, mezcla y masterización de “Nuestro Mejor Fracaso”, las cuales tuvieron lugar entre agosto de 2017 y mediados de 2018; por su parte, Javier Iglesias y el propio Moscatelli se hicieron cargo de la parte gráfica, tomando como parte de su inspiración la obra del maestro Delesio Antonio Berni. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio de este disco, ¿vale?
Los tres primeros temas del disco duran cada uno entre 7 y 7 ½ minutos, coincidiendo en ser de autoría exclusiva de Tambussi (más adelante hay temas con letras de Costa, Moscatelli y Carlos Tambussi). ‘Los caminos del diligente’ da inicio a las cosas con un punche rotundo y una convincente claridad melódica, siendo así que esta última sabe revestirse de estilizada elegancia durante su desarrollo temático, así como en la elaboración de su swing. Es así como la alternancia entre los pasajes aguerridos y los serenos se encadenan en un flujo impolutamente encuadrado. La cosa suena a un híbrido entre los RUSH de los tres primeros álbumes y los LED ZEPPELIN de la fase 75-76, más algunos coqueteos insospechados con el paradigma clásico de GENESIS en el interludio instrumental que precede a la coda. ¡Qué buen inicio del álbum! ‘Un perro que decidió volar’ emerge con la misión de capitalizar la herencia de la faceta aguerrida de la canción de apertura para llevarla hacia un escalón más alto de sofisticación prog-metalera. El trío afianza su solidez esencial en medio de la suntuosa vitalidad esencial de la canción, logrando así que el fuego expresivo grupal incremente el fragor de sus llamas. ‘El jardín de mi casa’ tiene un esquema rítmico más sosegado pero el nervio rockero con el que se arma el desarrollo temático claramente acoge, en líneas generales, los ecos de vigor y sofisticación de la canción precedente. La emotividad de algunas letras está a flor de piel: “Sin iglesia donde llorar, apuesto a un dios bueno / Y espero me esperes al final.” / “Aún esperando el momento. / Es un huracán que todo arrasa.” Con estos primeros 21 ¾ minutos (o casi) de música ya tenemos bastante para disfrutar de “Nuestro mejor fracaso”, y, de hecho, podemos decir que la secuencia de las canciones segunda y tercera conforma un primer cénit del álbum… pero todavía queda más buena música en lo que resta del álbum y no es para nada justo pasarla por alto. Tenemos a una pieza como ‘Hace mil años’, cuya atmósfera general de ceremoniosidad reflexiva se siente tan intensa como amable. Encontramos aquí una cruza excelente entre los RUSH de inicios de los 90s, el paradigma de FATES WARNING y las tradiciones de INVISIBLE y PESCADO RABIOSO: la comedida sofisticación de los primeros se mezcla fluidamente con el lirismo mágico y peculiar de los dos últimos, y en manos de los 2112, esto se transporta hacia un ejercicio de lúcida sensibilidad melódica dentro de un contexto patentemente energético. Podemos decir que esta canción marca un momento especial dentro de la tónica general del álbum, además de erigirse en otro cénit del mismo.
‘Frío y distante robot metálico’ es la canción con letra de autoría de Costa, asumiendo una mirada existencialista sobre el afianzamiento de la autodeterminación a través de los vaivenes de la vida (“Llegó el momento de ascender, / Al propio destino vencer: ser feliz. / Llegó el momento de crear, / Mi propio camino encontrar – para seguir.”). Creando conexiones con los paradigmas de DREAM THEATER y BOZZIO LEVIN STEVENS para darle un aire fresco al patrón de robustez señorial que es marca de los 2112, esta canción estipula una nueva muestra de vigor sonoro mientras establece recursos de acogedor lirismo en su esquema melódico. Hay un pasaje muy inspirado donde la guitarra acústica realiza un solo sutil mientras el bajo realiza unas hermosas florituras con el apoyo del swing jazz-rockero que crea Moscatelli para la ocasión. Definitivamente, aquí tiene lugar una resurrección de las aureolas incendiarias de las canciones #2 y #3 con la adición de matices nuevos, y con ello, se gesta otra pieza particularmente destacada dentro del disco. Mención especial para el solo final de guitarra eléctrica que impulsa el armazón del majestuoso epílogo. La breve pieza instrumental ‘El mejor lechón del mundo’ consiste en una serie de efectos repetidos de acordes de guitarra que aportan un aire de minimalismo mecanicista al disco. Un elemento nuevo que sirve para crear un breve paisaje abstracto y etéreo antes del arribo del último tema del disco, titulado ‘Parque recreativo para zombis buenos’, y que es el más incendiario del mismo. Con una fuerza metalera contundente y una dosis razonable de versatilidad en el manejo del ambiente general de la canción, el terreno está bien asentado para la instalación de la más voraz explosión rockera: eso incluye algunos aportes vocales de growling, diseñados para capitalizar esta fiereza dominante. En fin, todo esto fue lo que se nos brindó en “Nuestro mejor fracaso”, el nuevo triunfo artístico de unos 2112 que demuestran la persistencia de su siembra creativa y su cosecha musical dentro de la vanguardia rockera argentina. Sin duda, un disco muy recomendable que perpetúa el gran nombre de esta banda fundada a fines de los 80s, banda legendaria y vigente a la vez.
Muestras de “Nuestro Mejor Fracaso”.-
El Jardín De Mi Casa: https://www.youtube.com/watch?v=c9To5BJP5pE
Hace Mil Años: https://www.youtube.com/watch?v=bmu1FiHXh08
Frío y Distante Robot Metálico: https://www.youtube.com/watch?v=EEUwFsv_-lE